El conductor Andy Kusnetzoff, quien el sábado a las 22 regresará a la pantalla de Telefe con la cuarta temporada de "PH, Podemos hablar", expresó su deseo de contar con el presidente Alberto Fernández como invitado y reconoció que hacía gestiones en ese sentido.

En charla con Télam, también se refirió a la disputa por la supremacía del rating de los sábados con Mirtha Legrand (El Trece) y señaló: "Trato de no quedarme en quién está en frente. La competencia es con nosotros mismos".

—¿Estás buscando entrevistar al presidente Alberto Fernández para el primer programa? ¿Cómo te planteás un 'PH' con él?
—Me gustaría tener al Presidente, por supuesto. Ha venido a “PH” antes de ser Presidente. Pero sí, hay que hacer un equilibro, muchas excepciones no hicimos. Muchos invitados no han venido porque preferían entrevista individual, el formato es entrevista grupal que tiene que ver con la energía de personas diferentes. Obviamente hay excepciones, como un Presidente, así que hay que ver la forma. Ojalá se dé, me gustaría tenerlo.

—Ya que hablás de la interacción, claramente hablás de sentarlo con otra gente. ¿Lo sentarías con su gabinete? ¿Con su pareja y su hijo?
—El programa de esta temporada tiene un formato que lo contiene, por supuesto. Es una idea que me gustaría, con una persona como él lo haría. Pero sí, la interacción con los demás es lo importante del formato. Es cuestión de conversar, ojalá se dé en algún momento. No puedo saber todo lo que va a pasar en el año, las cosas van cambiando y uno se va adaptando.

—¿Cómo hacés para tratar temas de la vida privada de los invitados? ¿Hasta qué punto considerás que te podés involucrar y en qué cosas no?
—Me meto en temas donde el grupo haya hablado, quizás en una nota chiquita o algo pero no me meto en la intimidad sin permiso. Todas las intimidades que toco son cosas que he visto y después hay preguntas que no hago. También hay maneras de ver si al invitado le incomoda o no, en las respuestas o en la mirada, y se trata de ir mirando eso. Por lo menos a mí no me interesa la vida privada que no quiera contarme. Yo hago preguntas y el formato contiene eso, el que no quiere compartir que no comparta. Uno trata de no hacerlo sentir incómodo y que quiera compartir lo que quiera compartir.

—Eras hiperquinético y ansioso en “CQC” y otras experiencias ¿Cómo aprendiste para un reportaje donde la profundidad se consigue con más preguntas y con manejar los tiempos? ¿Cómo lo fuiste aprendiendo?
— Cada programa que fui haciendo más toda la trayectoria en la radio me fue haciendo aprender otras cosas. Tuve distintos tipos de entrevistas, desde un estilo “CQC” al de televisión y radio. Todo el recorrido te va trayendo hasta el presente. Así me encuentro con experiencias como la de “PH” donde hay varias entrevistas al mismo tiempo y me hace aprender todo el tiempo. Me interesa llegar a la humanidad de las personas, aunque sean muy diferentes tratar de hablar de cómo es cada uno. Todos tenemos la experiencia de remarla para llegar a donde llegamos, anécdotas divertidas... Es la vida la misma la que tratamos de mostrar en “PH”.

—¿Cómo vivís lo de la guerra del rating, la disputa? ¿Lo vivís más relajado cuando producís un programa que conduce otra persona y en “PH” sos más exigente o ya te relajaste?
—Uno no puede escaparle al rating porque es una manera de ver si al programa le va bien o no. Pero hay algo más importante que es si es un buen programa de televisión o no. Si el programa es bueno tiene un público que lo acompaña, entonces trato de prestarle atención a todas esas cosas. El minuto a minuto siempre está presente, no te voy a mentir pero me voy dando cuenta por donde pasa el programa según cómo le va yendo y ahí vamos.

—En algún momento fuiste parte de una antinomia con dos modelos de ver el entretenimiento, que eran Marcelo Tinelli o Mario Pergolini, y hoy eso parece estar los fines de semana encarnado en vos o Mirtha Legrand. ¿Creés que es así?
—Yo trato de no quedarme en quién está en la competencia. La fórmula nos resultó, el primer año surgió todo eso que decís y nosotros tratamos de que el programa tenga personalidad y que quede claro que no tratamos de copiar a ninguno, sino de encontrar nuestro formato. Una vez que se logró no se trató más quién estaba en frente. La competencia es con nosotros mismos y cómo hacemos que los invitados se destaquen. Por ahora lo logramos y espero que este año siga así.

—¿Pensás que ambos programas expresan dos maneras distintas de hacer televisión?
—No tengo idea, no es mi tema cómo otro ve la televisión. Mi forma de ver la televisión y mi programa tiene que ver con que me represente, con que hagamos las cosas a mi manera y que cuando lo vea diga "sí, tiene que ver conmigo". Después sobre otros sistemas y otros conductores respeto a todos, pero trato de hacer las cosas a mi manera.

—Hay un debate a nivel periodístico sobre si en los últimos cuatro años hubo apoyo o no a la televisión y si se fomentó o sacó apoyo a productos argentinos. ¿Qué opinión tenés al respecto? ¿El macrismo desinvirtió?
—Invertir, claramente no se invirtió. Creo que eso queda claro y no es una cuestión de análisis sino que tiene que ver con los números. Me parece importante, si no apoyamos a la cultura no se puede hacer mucho. La cultura es importante: el cine, los teatros, los libros, la televisión. La cultura argentina es importante y el Estado tiene que apoyar, me parece importante.

—Pasando un poco a la radio, ¿cómo se hace para mantener vivo tantos años un programa como el clásico "Perros de la calle", en FM Metro?
—El secreto es levantarse todos los días y producir. No tener miedo, divertirse, corregir y pasarla bien, disfrutar del trabajo. Hay que renovarse y experimentar.

—¿A veces renovarse y reinventarse es un proceso doloroso? ¿Implica mirarse en el espejo?
—Por supuesto. Depende de cada uno y a veces es duro, crecer duele, pero es la forma de siempre hacer un mejor trabajo.