Tener que resguardar a tu equipo del daño que Lionel puede hacerle es un dolor de cabeza. O el mejor desafío jamás planteado. Todos lo han intentado (algunos con mejor suerte que otros). Más altos, más bajos. Más pesados, más livianos. Más rápidos, más lentos. Europeos, asiáticos, africanos, oceánicos y americanos. Profesionales y amateurs. Messi soportó la marca de todo tipo de jugador. Menos de uno. Este domingo, desde las 12.30, Messi tendrá que soportar las patadas y los forcejeos de un jugador que tiene mucho más dinero que él.

Mathiu Flamini es un francés, de discreta carrera deportiva. Buen profesional, cumplidor, pero ni siquiera llegó a ser un jugador fijo en la selección de su país. Pasó buen tiempo en el Arsenal inglés, y también en el Milan. Pero no hubo actuaciones descollantes ni grandes marcas que lo necesitasen. A Flamini el fútbol le dio dinero, pero no tanto como para ganar más que Messi. Al francés, el fútbol le dio la oportunidad de invertir.

Los futbolistas, en su mayoría, se encuentran con una abultada cantidad de dinero en su poder de un día para el otro. A veces, entre acomodar a la familia y ejecutar algunas compras que tienen que ver más con el placer que con la necesidad ese dinero es el justo. Hay ejemplos de jugadores que vivieron como si eso fuera a ser constante, y otros, como Flamini, que lo tomaron como una oportunidad para invertir en el futuro. “Que el jugador invierta en el ex jugador”, podría ser el leit motiv.

El francés tiene un contrato promedio de la liga española. Allí no está su fuente de ingresos. Para entender por qué este jugador, que el domingo tiene que lograr que el mejor pago del mundo no lo pase, tiene una billetera un tanto más abultada que Messi hay que hablar de ácido levulínico.

Pero no viene de bioquímica la cosa. Flamini, en su paso por el Milan de Italia, conoció a Pasquale Granata. Junto a él se lanzaron a trabajar la sustancia en un emprendimiento llamado GFBiochemicals. Recientes experimentos consolidaron la idea de que este ácido logra aumentar el rendimiento del petróleo y disminuir su capacidad de contaminar. Esto disparó su cotización y llevó a la empresa a poder comprar patentes para el trabajo de distintos subproductos y también poder desembarcar en los Estados Unidos. Según el diario El Pais de España, la empresa cotiza hoy en unos 30 mil millones de euros.

El último jueves, Messi cerró contrato con el banco privado más grande de Rusia. “Ya está más cerca de Rusia”, decía en un afiche debajo de la nueva cara del Alfa-bank. Además de los 40 millones de euros anuales que embolsa por ser jugador del Barcelona, Lio tiene ingresos por imagen. Huawei, Tata Motors, Lays, Gatorade y Adidas son algunas de las marcas que le hacen ganar otros 40 millones de euros en publicidad. Nos topamos con la cifra de 80 millones de euros anuales. Un número que, si lo multiplicamos por 15 –haciendo una exageración suponiendo que Messi ganó eso toda su carrera–, nos haría estimar que Messi cuenta con unos 1.200 millones de Euros. Algo así como el 3% de lo que creó Flamini en la última década.