Todo lo bueno que Argentina hizo ante Italia quedó en el olvido este martes. España le metió seis al equipo de Sampaoli y lo dejó envuelto en dudas a menos de tres meses de la Copa del Mundo. Fue un papelón, con actuaciones decepcionantes y un funcionamiento que, a semanas de la máxima cita, no aparece. 

No estuvo Messi, es cierto, pero no es excusa. El problema de Argentina fue global. Se pagó caro el riesgo de "probar" frente a un equipo que hace años juega a lo mismo, se conoce de memoria y hace de la tenencia de pelota un culto. 

Argentina mostró algo de fútbol en los primeros quince minutos y de hecho tuvo sus chances (Higuaín falló una clara en el arranque), pero luego todo se desmoronó. Algunos que reaparecían en el once, como Mascherano y Rojo, quedaron en evidencia. Otros que prometen, como el joven Bustos, nada pudo hacer ante la jerarquía del rival. Banega, Lo Celso y Tagliafico, tres que fueron de lo mejor con Italia, quedaron envueltos en el desconcierto general. 

España fue una ráfaga en el inicio del complemento e hizo goles de todo tipo. Mostró sus cualidades de siempre y no perdonó a Argentina, que se equivocó mucho en la salida. Romero primero (salió lesionado) y Caballero después, nada pudieron hacer para evitar la goleada de la Roja. 

¿Y ahora? Las dudas, que ya se convirtieron en una constante en torno a la Albiceleste. Sampaoli, que pretendía cerrar la lista, culmina la gira con menos certezas. No están los nombres, no está el dibujo y, claro, ni por asomo está el funcionamiento. Con el ánimo por el piso y pocas pruebas por delante (con suerte habrá un par de compromisos antes de Rusia), habrá que prenderle una vela a Leo, que este martes vio desde un palco como sus compañeros pusieron la cabeza.