“Tuvimos una gran semana de trabajo, el equipo mejoró mucho, los 18 jugadores están al mismo nivel, se me complica armar el equipo por la buena competencia interna que hay” dijo Cocca el último viernes luego de culminar la semana de entrenamiento.

No solo ese viernes declaró así. Cada semana y luego de finalizar cada encuentro, el entrenador de Rosario Central ha hecho declaraciones que no tienen que ver con la realidad del equipo en la tabla. Falta mucho dicen los optimistas, pero el Canalla está en la misma que hace 10 fechas atrás: en descenso directo.

Ledesma tiene el nivel más bajo desde que es el arquero titular; Caruzzo una de cal y una de arena; Molina frágil en la marca e impreciso en ataque; Gil, de doble 5, desordena a todo el equipo, erra pases a un metro, ejecuta mal las pelotas paradas y no se entiende con Rinaudo.

Para colmo no hay solución a la banda izquierda: primero jugó un volante derecho (Zabala) que a Central le costó 2 millones de dólares. Luego a Pereyra, un producto del club, se le pidió sacrificio cuando es uno de los jugadores más displicentes, esto sumado a que su posición natural es la de enganche. El domingo estuvo Colazo y no apareció.

Arriba, Riaño lleva 3 goles en 10 partidos. Es un ‘9’ atípico ya que demuestra más presencia fuera del área que dentro de ella. Se lo aplaude más por ir al piso y robarle una pelota a un defensor que por participar en jugadas de ataque. Gamba es el jugador del que más se espera en ofensiva y su rendimiento no ha sido malo, pero no alcanza.

Rius y Brítez son los puntos más altos, han demostrado lo mejor de ellos en acciones individuales. El volante derecho destaca por su forma de cuidar y pasar la pelota, la resistencia física, el cambio de ritmo, los desbordes, centros y remates. En tanto el defensor sorprende en sus pasadas al ataque, herramienta que sumó a la conocida firmeza a la hora de marcar rivales.

Novaretti ha jugado poco para un análisis profundo, pero lo hizo de una buena forma. Incluso a veces hasta superó en rendimiento individual a su compañero de zaga.

Más allá del nombre por nombre, el problema de Central es el funcionamiento colectivo. La defensa y el mediocampo son frágiles, vulnerables. Y, para colmo, cuando el equipo de Cocca jugó bien le faltó eficacia.

Se fue Lovera y hace falta, es cierto, pero Cocca dejó ir a Duván Vergara -hoy figura en América de Cali-, Jarlan Barrera –destacado en Atlético Nacional-, y se da el lujo de no tener en cuenta a Joel López Pissano. El enganche volvió del préstamo desde Emelec y el DT le bajó el pulgar. Tuvo dos ofertas y no se quiso ir. Fue recuperado en Reserva y la rompe todas las fechas.

Central es un equipo irregular, frágil, que ataca mal y al que lo perjudican los arbitrajes. El entrenador dijo estar conforme con el mercado de pases y elogió a la comisión. Van diez partidos y lo que habla Cocca en cada conferencia de prensa no se ve en la cancha y mucho menos en la tabla. Próximos rivales: Estudiantes (29/10) y Godoy Cruz (3/11).