Pasó una semana intensa, caliente. Los organizadores de la Copa Argentina apuntó contra el gobernador y la Provincia replicó con más críticas, todo mientras los dirigentes de Central y Newell’s miraban y tampoco aportaban posibles soluciones. Pero el escenario parece haber cambiado y ahora todo se encamina a un acuerdo.

Aunque todavía no hay confirmaciones oficiales, las partes se acercaron y desde los clubes deslizaron que el partido puede jugarse en Rosario en los primeros días de noviembre y con las dos hinchadas. ¿La localía? Se sorteará, ya que por esa fecha los dos estadios estarán disponibles.

La buena predisposición por parte de ambas dirigencias, y de la Provincia de Santa Fe que a través del ministro Pullaro hizo saber que garantizará la seguridad, volvió a poner la pelota del otro lado. Ahora será Copa Argentina la encargada de definir si acepta esas condiciones.

La semana pasada, cuando cualquier tipo de acuerdo parecía lejano, los organizadores del certamen lamentaron tener que armar el encuentro a puertas cerradas y recordaron que, en este año, ningún cotejo se había disputado en esas condiciones.

La Provincia reaccionó pronto, desmintió a la Copa Argentina y se mostró predispuesta a que el partido se juegue incluso en Rosario y con las dos parcialidades, algo que parecía descartado casi desde el comienzo.