El encuentro era entre el AEL Larissa y el Acharnaikos, dos equipos de la Segunda División griega sobre los que probablemente pocos hayan escuchado hablar por estas latitudes. Pero ambos conjuntos ganaron cierta notoriedad internacional después de protagonizar una insólita protesta en plena cancha: pasar los dos primeros minutos del partido sentados en el césped, sin moverse. 

La medida habla de la preocupación de los deportistas por una realidad política y social de su país y su región: el problema de los refugiados. Cientos de miles de inmigrantes que intentan llegar a Europa y fallecen en el intento. Los jugadores protestaron contra la negativa de muchos países a recibir refugiados. "En memoria de los centenares de niños que mueren cada día a causa de la atroz apatía de la UE y de Turquía, sobre lo que pasa en el mar Egeo", declararon desde el Larissa.

Cuando el árbitro dio por comenzado el encuentro, los fubtolistas apenas movieron la pelota y se sentaron todos al mismo tiempo. Así transcurrieron los dos primeros minutos de juego: con los 22 jugadores inmóviles en el césped,  mientras toda la tribuna los ovacionó efusivamente. Pasado el tiempo de la protesta, el partido se llevó a cabo con normalidad.