La pequeña localidad de Progreso, al norte de la ciudad de Santa Fe, vive por estos días con "dolor generalizado" la muerte del futbolista Emiliano Sala, a quien vio crecer, según relató este viernes su intendente, Julio Muller.

“El pueblo está mal. Yo tengo 57 años y viví toda mi vida aquí en Progreso y nos han pasado otras situaciones como a todo pueblo, pero nunca los vi así, es una tristeza generalizada. Yo pienso que todos nos sentimos una partecita del Emi, como cariñosamente le decimos, todos somos un poco Emiliano Sala", aseguró.

Emiliano nació en la comuna de Cululú, aunque a los cuatro años se mudó a la vecina Progreso con su familia, una localidad de 3.000 habitantes en la que el joven pronto se hizo un hueco y a la que nunca dejó de visitar a pesar de la distancia que lo separaba de Francia, donde desarrolló la mayor parte de su carrera.

Como rememora Muller, era fácil ver al futbolista "con su termo y su mate" en cualquier calle del pueblo, o bien "trotando" o "andando en su bicicleta".

"A nosotros se nos hincha el pecho cuando hablamos del Emi, pero también sabemos que a él se le inflaba el pecho hablando de su pueblo. El Emi va a estar siempre, va a estar como estaba cuando nos venía a visitar", agregó.

Cuando los servicios médicos confirmaron el jueves que el cuerpo encontrado en la aeronave en la que el futbolista y el piloto viajaban con destino a Cardiff (Reino Unido) pertenecía a Emiliano Sala, la noticia sobrecogió al pueblo, que ahora espera el regreso de la familia para poder homenajear y dar sepultura a uno de sus ciudadanos más ilustres.

"No sabemos cuál será la decisión de la familia de traer el cuerpo, como un deseo podría pedir que el Emi venga a descansar acá con nosotros. Lo vamos a homenajear todos los días, porque es lo que se merece", afirmó.

El potrero de Emiliano Sala

Las primeras patadas a la pelota de Sala llegaron en el club de su pueblo, el San Martín de Progreso, el mismo que ahora ofrece sus instalaciones a la familia y a todo Progreso para juntarse y realizar los actos de homenaje.

"El club es el lugar donde la gente puede acercarse y dejar cosas, le ofrecimos a la familia también las instalaciones, no sabemos si van a hacer un velatorio o si lo van a llevar al cementerio. Le ofrecimos las instalaciones del club porque va a ir todo el pueblo", declaró el presidente del equipo, Diego Ribero.

Ribero siguió de cerca todas las etapas que Sala quemó como jugador y también a nivel personal, y asegura que de lo sucedido se debe sacar una lección: "Todo este dolor tan profundo nos tiene que dejar una enseñanza y es tomar el ejemplo de Emiliano, en cuanto a perseverancia, a sacrificio, su profesionalismo. No sólo en lo deportivo sino en todo ámbito de la vida".

El directivo ha estado en contacto permanente con la familia Sala desde que se conoció la desaparición del avión, y asegura que la confirmación del fallecimiento supone una mezcla de "tristeza y alivio", ya que al menos "permite a la familia cerrar el círculo".

A pesar de que el dolor dificulta cualquier debate, para Ribero es importante también que "las autoridades y los dirigentes del fútbol" se paren a reflexionar sobre cómo se trata a los futbolistas en un contexto "superprofesionalizado".

"Para los dirigentes del fútbol profesional también tiene que servir, no se puede manejar todo así como así, en cualquier vuelo, a cualquier hora, con cualquier piloto... Convengamos que el accidente era totalmente evitable", confesó.