Los hinchas de Rosario Central, se sabe, son muy pasionales y no pierden oportunidad para demostrar su amor al Canalla. El súmmum de esa pasión suele quedar reflejada en los recibimientos que el pueblo auriazul le da a su equipo en cada partido en el Gigante de Arroyito.

Pero el colorido y el fervor a veces se va de las manos. Como sucedió este sábado en la salida del equipo canalla para recibir a Unión. apelitos, humo azul y amarillo y... bombas de estruendo. Una, dos, tres, varias detonaciones sobre el costado derecho del área que da a la popular Regatas.

La irracionalidad de un grupo de hinchas quedó expuesta al disiparse el humo de las detonaciones y notar que en varios sectores, el césped había quedado completamente arruinado por las explosiones. El partido, incluso, debió retrasarse brevemente mientras auxiliares tapaban los huecos con arena.

No es la primera vez que la hinchada auriazul incurre en este tipo conductas. La última vez, le costó una sanción económica: también una bomba de estruendo arrojada desde la popular de Regatas, en el triunfo ante Boca Juniors en noviembre del año pasado, le valió una multa equivalente a 200 entradas por dos partidos.