Argentina se juega mucho frente a Paraguay. El director técnico de la selección, Lionel Scaloni, decidió realizar cuatro cambios de nombres pero también algunos más en cuanto a la disposición de los jugadores. Lo fundamental: Lo Celso va a jugar por adentro.

Sin dudas el ex Rosario Central, que por estas horas estaría en la mira de grandes de Europa, podrá darle la creatividad desde una posición centralizada que no tuvo contra Colombia, pero también necesitará de un Leandro Paredes mucho más activo. Si entre los dos aseguran el destino de la pelota no habrá que pensar tanto en quién quita.

Con el ingreso de Milton Casco y Roberto Pereyra cambia toda la banda derecha. Esto puede explicarse por el poderío del rival en su banda izquierda: Arzamendia (lateral de ataque), y Cecilio, Iturbe o Rojas (el que juegue) junto a Almirón pueden ser una tropa por ese sector. La compensación del lateral será clave.

Pereyra es uno de esos jugadores 'sin prensa' que siempre hacen falta. Polifuncional, ordenado, sacrificado, estará atento a la marca para proteger a Casco, pero por supuesto a colaborar en ofensiva.

En la banda izquierda ingresa Rodrigo De Paul, el mejor contra Colombia en el rato que tuvo. Otro para sumar juego asociado, ideas y pelota al piso. Tendrá que tener un ojo en Derlis González, aunque esa será responsabilidad principal de Tagliafico.

Arriba, dos que la meten. Lautaro Martínez y Messi, no hay mucho que explicar sobre ellos. El martes trascendieron imágenes -o hicieron trascender- del plantel reunido en el círculo central  haciendo una suerte de catarsis. La prensa dijo que se habló de un partido “para correr”.

Al margen de lo verosímil del trascendido y de qué significa un concepto como este, Scaloni parará un equipo para jugar, para tener la posesión de la pelota e intentará hacerlo en campo rival, dejando la creación en manos de la nueva camada y a Messi más cerca del arco contrario.