Tanta confianza se tenían en el Hamburgo Fútbol Club, uno de los clubes históricos de Alemania, que habían instalado en el Volksparkstadion, su estadio, un reloj que contaba los años, meses, días, horas y hasta segundos que el club llevaba de manera consecutiva en la Primera División.

Es que la vigencia del Hamburgo no tenía discusión. Desde la creación de la Bundesliga, en el año 1963, era el único de los clubes fundadores del actual campeonato de primera del fútbol alemán que nunca se había ido al descenso. Se había ganado el mote de "el último dinosaurio". Ni el poderoso Bayern Munich podía discutirle el cetro. El soberbio tablero sumaba años. Pero este histórico sábado 12 de mayo, el reloj debió volver a cero.

Es que tras patinar un par de temporadas al borde de la cornisa, finalmente el Hamburgo se fue al descenso. No le alcanzó con ganarle al Borussia Mönchengladbach por 2 a 1, después de casi 55 años ininterrumpidos en primera, al equipo del norte de Alemania lo espera la segunda división.

De pasado orgulloso, el Hamburgo supo ganar tres veces la Bundesliga, otras tres veces la Copa de Alemania y hasta reinó en Europa al ganar la Copa de Campeones (ahora conocida como Champions League) en la temporada 1982-83. Supo ser, también, la casa de Rodolfo Cardoso, uno de los escasos futbolistas argentinos que supo hacer carrera en el futbol alemán.

Aquel pasado de gloria parece cada vez más lejano y a los orgullosos hinchas del Hamburgo se les paró el reloj este sábado inolvidable. El contador vuelve a cero. El último dinosaurio alemán se extinguió. ¿Podrá el Hamburgo resurgir de las cenizas y empezar todo de nuevo?