Unos 400 hinchas rosarinos siguieron hoy el encuentro que Argentina igualó con Islandia 1 a 1 en Moscú, en una pantalla gigante instalada en el Museo del Deporte del Parque Héroes de Malvinas, en el barrio La Bajada, donde nació y se crió el astro Lionel Messi, al sureste de la ciudad.

En ese contexto, se divisaron familias enteras con reposeras, sillas de plástico y hasta frazadas en el piso, en improvisadas ruedas de mate, a pesar de la temperatura que apenas superaba un grado, mientras que la sensación térmica era de -1.

"Y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta, es un inglés", cantaban Nicolás, Gaila y Nazareno, tres jóvenes enfundados en una bandera argentina que combatían el frío con una cajita de vino tinto y una gaseosa de pomelo.

A su lado, en un paisaje de churreros, un carrito de choripanes, un pochoclero, un vendedor de chipá y tres mujeres que vendían pastafrola y alfajores de maicena, mientras que los más jóvenes bebían cerveza como si fuera verano.

Jóvenes con los colores de Central y de Newell´s se mezclaban para alentar al seleccionado "albiceleste" y hasta desplegaron una gran bandera argentina.

Los hinchas gritaron fuerte el golazo del "Kun" Agüero, lamentaron las llegadas dilapidadas y sufrieron con el empate de Finnbogason, en el primer tiempo, y con el penal que Haldorsson le atajó a Messi, en el complemento, como si estuvieran en Moscú.

Los hinchas rosarinos retornaron a sus casas con una sensación ambigüa, en grupos por la calle Estado de Israel y el pasaje Lavalleja, a unas cuatro cuadras de donde aún están las casas de los abuelos maternos y de los padres de Lío Messi.

(Télam)