Con lo justo y con polémica. Un gol de penal de Cristiano Ronaldo en el séptimo minuto del tiempo añadido clasificó al Real Madrid para las semifinales de la Liga de Campeones y eliminó a la Juventus, que había hecho todo para quedarse con la clasificación. Pero no alcanzó.

Un día después de la estrepitosa y humillante caída del Barcelona en Roma, el Real Madrid no podía permitirse el lujo de repetir la historia. Estaba avisado. El Roma enseñó el camino al Juventus y los hombres de Zidane sabían perfectamente lo que podía pasar.

Los jugadores de la Vecchia Signora salieron al campo como un volcán en plena erupción. Arrasaron en los primeros diez minutos, revolucionaron la eliminatoria y pusieron nerviosos a novedades como Jesús Vallejo. El defensa blanco pareció acusar la trascendencia del partido. No se compatibilizó bien con Raphael Varane y, además, Douglas Costa desestabilizó continuamente a Marcelo. 

Y, con esos agujeros, y sin la jerarquía de Sergio Ramos, en el segundo minuto, llegó el primer gol del croata Mario Mandzukic, que remató un centro desde la banda derecha de Sami Khedira. Se avecinaba un buen lío.

El problema llegó más tarde, pero pudo aparecer mucho antes si Gonzalo Higuaín no llega a fallar otra ocasión casi después del gol tras errar delante de Keylor Navas. El argentino agranda su leyenda de los fallos en días clave. En la final del Mundial, con el Real Madrid, la semana anterior con el Juventus... y también en la vuelta ante los blancos.

Cuando el local parecía acomodarse, apareció de nuevo Mandzukic con su cabeza de lujo para batir a Keylor Navas en una jugada parecida a la primera. El croata se fajó de un timorato Casemiro e hizo su segundo tanto. Del lío, de repente se pasó al terror. Miedo, era la palabra que mejor definía el ambiente que se respiró en el Bernabéu al descanso, al que se llegó con un cabezazo de Varane al larguero.

A falta de media hora, ocurrió lo que le destino tenía preparado a los blancos cuando a Keylor Navas se le escapó un centro que rebañó Matuidi para poner el 0-3 en el marcador. La peor pesadilla posible se instaló en el Bernabéu. Seguramente muchos disfrutaron el día anterior de la debacle del Barcelona. De repente, se vieron con una soga rodeada en su cuello a punto de sellarse para callar las bromas de la tormenta perfecta para algunos merengues que disfrutaron con la eliminación azulgrana.

Pero el fútbol es caprichoso y cruel. Cruel para el Juventus, que firmó una gran actuación. Mereció mucho más. Murió en la orilla porque Cristiano Ronaldo marcó de penal en el tiempo añadido. Benatia cometió una pena máxima sobre Lucas Vázquez, Buffon desesperado fue expulsado y acabó como Zidane en el Mundial su aventura en Europa.

Aplaudido por todo el estadio, el portero italiano se marchó cabizbajo mientras esperaba la sentencia desde la banda. Cristiano no falló, salvó la temporada del Real Madrid y el equipo de Zidane seguirá con vida en un partido en el que el Juventus engrandeció el fútbol.