Rosario Central empató sin goles frente a Belgrano en el Gigante de Arroyito y sigue sin poder levantar cabeza. En un estadio agitado por todo lo ocurrido en la semana y en el debut en la Superliga de Paulo Ferrari -resistido por gran parte de los hinchas-, el canalla no pudo ganar y suma ocho partidos del torneo sin victorias.

Central fue un poco más que el rival, pero no pudo convertir y el empate a cero graficó una actuación pobre de ambos equipos, presionados y con evidentes nervios. Belgrano está entre los promedios más bajos y lucha por la permanencia en Primera. Lo de Central es más complejo, no sólo futbolístico sino también institucional.

Durante todo el partido se notó la disconformidad del hincha con el equipo y quedó expuesta con algunos jugadores puntuales como Camacho y Ortigoza que recibieron algunos silbidos.

Se trata de una situación difícil de explicar desde el alejamiento del entrenador Edgardo Bauza, a apenas dos meses de haberse coronado campeón de la Copa Argentina, y sufrió en la semana la renuncia del vicepresidente segundo, Martín Lucero, "por motivos estrictamente personales".

Lucero, no obstante, renunció el mismo día en que el "Patón" Bauza apuntó que "los dirigentes tienen que hacerse cargo" de su despido.

Además, Central, el último campeón de la Copa Argentina, viene de quedar eliminado de ese torneo por Sol de Mayo de Río Negro, que juega en el Federal A, con un equipo de suplentes y juveniles, que hicieron un papelón el martes en Santa Fe, cuando empataron en dos goles y perdieron por penales.