Arranca un año especial para Rosario Central, atravesado por el regreso a la Copa Libertadores de América tras diez años de ausencia. Aunque parece una misión complicada al hincha Canaya nadie le quita la ilusión y luego de un 2015 en el que logró consolidarse como "equipo serio" encarará el certamen continental con la intención de volver a dar que hablar, ahora en la escena internacional. El objetivo sigue siendo romper la racha negativa sin títulos oficiales.

Apenas se terminó la temporada que depositó al equipo auriazul en la Libertadores, Eduardo Coudet pidió a los dirigentes que hagan todo el esfuerzo posible por mantener la base del plantel. La primera gran noticia fue la continuidad de Javier Pinola, quien firmó hasta 2018, y luego se sumaron las renovaciones de otros contratos, aunque todavía resta conocer qué pasará con Marco Ruben, la figura sin discusión. El capitán se muere por seguir y ya lo hizo saber, pero las charlas con Dínamo de Kiev, club dueño del pase, avanzan demasiado lento.

De la base fundamental sólo se perdió una pieza, aunque muy importante. Nery Domínguez seguirá su carrera en el Querétaro de México y el club rápidamente consiguió un reemplazante con similares características. Central incorporó a Rodrigo Battaglia, a préstamo por 18 meses, para pelear el puesto con Damián Musto.

Para el DT llega el momento de revalidar todo lo bueno que ya mostró. Si Central fue protagonista en 2015 en buena parte se debió al lavado de cara que Coudet le dio al equipo, pero en el fútbol actual de nada sirve el pasado si los aspectos positivos no se pueden confirmar mañana. El Chacho logró algo para nada sencillo: forjar un grupo y hacerlo competitivo. Ahora es el momento de coronarlo con un título.

Y las opciones son varias. Claro que la Libertadores es el gran sueño, aunque nada sencillo, pero no es nada despreciable la chance que se presenta en el Campeonato de Primera División, que tendrá un campeón a mediados de año. La Copa Argentina, en principio, parece correr de atrás en cuanto a las prioridades pero eso podrá cambiar a medida que avance el calendario.

Más allá de cualquier análisis, el hincha no entiende de razones y quiere todo. Y en Central lo saben. La extensa sequía sólo se corta con una vuelta olímpica y los dirigentes confían a pleno en el cuerpo técnico que devolvió a club al primer plano nacional. En un 2016 que acaba de nacer, el sueño Canaya es volver a abrir la vitrina para agregarle un nuevo trofeo. Y la buena noticia en la previa es que existe planificación y confianza para que el deseo se convierta en realidad.