En un total de 43 asambleas realizadas entre mayo y junio pasado donde los vecinos definieron las prioridades para cada uno de sus barrios, en vistas a la elaboración de proyectos del Presupuesto Participativo 2019.

El pasado jueves se realizó en el distrito sur la última de una serie de encuentros entre vecinos que iniciaron el lunes 14 de mayo y se fueron sucediendo en todos los barrios de la ciudad. Se trata de la primera etapa del Presupuesto Participativo de 2018, un mecanismo de participación directa por el que los vecinos de cada barrio eligen qué obras y proyectos se destinará una parte del presupuesto municipal para el año próximo.

En cada asamblea los vecinos dialogaron sobre la realidad de la zona donde viven, definieron colectivamente las prioridades que deberán contemplarse en la próxima etapa, que es la elaboración de proyectos, y además se eligieron a los vecinos que lo representarán en dicha instancia.

Estos últimos vecinos elegidos comenzarán a reunirse con los equipos municipales para transformar las propuestas en una grilla de proyectos ejecutables que, en la etapa final, serán sometidos a la votación de la ciudadanía.  

En esta oportunidad las asambleas erigieron a 40 vecinos que oficiarán de consejeros por los barrios del distrito norte, 30 en el noroeste, 70 en el sudoeste, 80 en el sur, 100 en el oeste y 55 trabajaran por los proyectos de los barrios del centro.   

El mapa de intereses

Si bien existen problemáticas comunes, el mapa de la ciudad presenta matices de acuerdo a las ideas y anhelos de cada barrio en particular.

 Así en las seis asambleas del Sur los participantes manifestaron la necesidad de sumar actividades culturales y recreativas para diversas edades en instalaciones municipales que cuentan con buen equipamiento, como es el caso del polideportivo 9 de Julio (Dorrego 3339), o espacios públicos que ya fueron mejorado, como la recientemente iluminada plaza Saavedra (Saavedra e Italia).

Al mismo tiempo, puntualmente en el barrio San Martín Sur, los asambleístas lograron un consenso importante en torno a la necesidad de conformar su propia vecinal.

Por otro lado, en la zona norte, donde se realizaron siete asambleas, el tema más recurrente fue el acondicionamiento para fines sociales y recreativos de espacios públicos que están en desuso. Tal es el caso del espacio de colectora de Circunvalación y Spegazzini, en barrio La Florida, y la vieja Estación Sorrento (Álvarez y 8 de noviembre), en el barrio Sarmiento.

En el mismo tenor quienes hace poco se mudaron al nuevo barrio Olímpico, que por primera vez tuvieron asamblea del Presupuesto Participativo, coincidieron en la necesidad de pensar un espacio recreativo para la zona. 

De igual forma en el sudoeste tuvo gran preponderancia la necesidad de proyectar actividades que convoquen a los vecinos a ocupar positivamente aquellos predios barriales que son utilizados como puntos de arrojo de basura.

Los vecinos valoraron la propuesta como una manera de garantizar que no vuelvan a abnegarse después de la limpieza intensiva que la Municipalidad concreta frecuentemente en este tipo de lugares. También la continuidad de las capacitaciones en oficios, pensadas como herramientas genuinas para la inserción laboral de jóvenes, fue un denominador común en las 10 asambleas de la zona. 

Mientras tanto, en el oeste, tomando como referencia el cambio que produjo la iluminación LED de las recientemente remodeladas avenidas 27 de febrero y Rivarola, los vecinos coincidieron en la necesidad de extender el nuevo sistema de alumbrado en las arterias aledañas. Además señalaron la importancia de dar continuidad a los talleres culturales barriales y a la pintura de murales en diferentes espacios públicos.

Uno de los temas más convocantes en el distrito centro fue la realización de campañas de concientización para un uso más responsable de los espacios públicos mediante la promoción de hábitos como cuidar el mobiliario, arrojar residuos en cestos y levantar la caca del perro. En las 6 asambleas se valoró que el refuerzo de tales hábitos de convivencia son un complemento oportuno para garantizar una mayor apropiación de espacios públicos que fueron recientemente acondicionados. Un exponente es la plaza Libertad (Mitre y Pasco), donde, mediante Presupuesto Participativo se colocaron luces led y se concretaron diversas mejoras.

Finalmente a los largo de las ocho asambleas del Noroeste una de las propuestas más destacadas fue la construcción de una biblioteca móvil: dispositivo de lectura y elementos didácticos que recorra los espacios públicos con el objetivo de difundir hábitos saludables, campañas preventivas, pautas de convivencia y otros temas que requieran un compromiso especial del conjunto de la población.