Los familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan, desparecido hace ocho días, mostraron bronca y dolor luego de que la Armada confirmara que había habido "un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión" el miércoles pasado durante el trayecto que realizaba la nave. 

"No nos dicen que están muertos, pero es una suposición lógica", lamentó ante la prensa Itatí Leguizamón esposa de Germán Suárez, el santafesino integrante de la misión. "No dieron ninguna explicación, dicen que lo saben ahora (a lo de la explosión). Pero cómo lo van a saber ahora, me siento engañada. Son unos desgraciados, son perversos y nos manipularon, esa es mi opinión", planteó.

La mujer contó que, en la previa a la conferencia de prensa ofrecida por el capitán de navío Enrique Balbi, se brindó esa misma información a los familiares. "Leyeron el informe y no pudieron terminar de leerlo, la gente se puso agresiva, la gente dijo que eran hijos de puta", contó. "Dijeron que hubo una explosión, según ellos la detectaron ahora, pero ¿quién es tan estúpido para creer eso? Se hizo una búsqueda para quedar bien", denunció.

Leguizamón criticó, además, las condiciones en que se encontraba el submarino. "Mandan una mierda a navegar, una mierda que viene de hace 15 años, no es de ahora. ¿Quién va a denunciar? Si lo echan", planteó.

"Mi enojo es porque creo que son desgraciados perversos, nos tuvieron una semana, ¿por qué no nos dijeron? No soy experta pero cómo no van a saber", insistió. Confió que dentro del espacio donde se encontraban los familiares "están rompiendo todo". "¿Cómo no van a tener bronca, si alguien te mintió cómo no vas a reaccionar'"?", señaló.

El submarino ARA San Juan partió el lunes 13 de noviembre pasado del sureño puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a su base, en la localidad de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, adonde debía haber llegado entre el domingo y lunes pasados. El viaje, con 44 submarinistas profesionales de la Armada, tenía como objetivo participar en un adiestramiento integrado con la flota de mar y las aeronaves de la dotación naval.

Fue el viernes pasado cuando la Armada Argentina confirmó que el submarino reportó por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que, pasadas 48 horas sin tener comunicación con la nave, se resolvió activar el protocolo de búsqueda. Hasta ahora, no ha habido ni un solo rastro del sumergible y las familias de los tripulantes aguardan noticias, con incertidumbre, en la Base Naval de Mar del Plata.