La hipótesis de que el triple crimen de barrio Tablada el pasado jueves a la medianoche se tratara de un ajuste de bandas por la disputa de venta de estupefacientes cobró fuerza en las primeras horas de investigación, aunque para eso el fiscal de Homicidios Luis Schiappa Pietra debe sortear el muro de silencio que impone el vecindario en torno a la masacre.

Schiappa Pietra confirmó en diálogo con la prensa: “No confirmo ni descarto que se trate de personas vinculadas a bandas narcos. Tenemos algunas líneas de investigación, y sabemos por comentarios de vecinos que el hecho podría estar vinculado con narcomenudeo y la venta de estupefacientes que debemos chequear. Hay indicios llevan a esa línea de pensamiento”.

Las primeras informaciones dieron cuenta de que dos personas llegaron a bordo de un Chevrolet Astra gris y una de ellas descendió, irrumpió en la vivienda de Colón al 3800 y disparó a quemarropa. El fiscal no descarta que “pudo haber sido una o dos personas las que descendieron”.

Ciertos indicios también vinculaban a este lugar como un búnker de drogas, y sobre esto barajó: “Podría ser de venta de estupefacientes, pero lo tenemos que chequear”.

Confirmó que como se daba cuenta, “estaba cerrada la puerta y la persona ingresó repentinamente”, y al disparar una persona fue acribillada “sentada, otra en el suelo, y otra corrida a un costado”. Las víctimas fueron identificadas como Rodolfo 'Petete' Palavecino, de 42 años, quien era el dueño de la casa, y se encontraba junto a Fabricio Heredia, de 38 y Marcelo González, de 45.

Sobre el procedimiento, recordó: “Aproximadamente hay 15 vainas. En un cuerpo hay cinco impactos, en otro hay cuatro, pero aún no hay un informe final sobre la cantidad de impactos concretos. Y en el domicilio no se encontraron armas ni estupefacientes”.

 Además confirmó que las tres personas tenían antecedentes penales, Palavecino puntualmente “por comercialización de estupefacientes”.

Respecto del trabajo investigativo, precisó que “como las cámaras públicas están lejos, estamos relevando videocámaras privadas. Los vecinos se mostraron reticentes a dar testimonios”.