La intendenta Mónica Fein se solidarizó públicamente con las concejalas  María Eugenia Schmuck y Fernanda Gigliani, quienes denunciaron un extraño episodio este miércoles a la mañana, en el que un grupo de taxistas se apostó frente al Concejo por largo rato sin tomar pasajeros ni realizar otro tipo de actividades. La situación fue interpretada como un intento de apriete, dado que se registra en el marco de un caliente debate entre las ediles y un grupo de taxistas por la parada de la Terminal de Ómnibus.

"Acabo de hablar con las concejalas, que han tenido un hecho complejo. Me he solidarizado con ellas. No permitiremos ninguna intimidación a un concejal por cualquier debate que se haga", remarcó Fein. Sostuvo: "Vamos a poder saber quiénes fueron los taxistas frente al Concejo, porque tenemos por el GPS un sistema para identificar a todos los taxis".

La socialista aseguró, además, que "se ha estaablecido un marco de control en la Terminal" y que allí el municipio "va a asumir el control como corresponde, para que nadie, como en ningún otro lugar de la ciudad, se crea dueño de la parada". Planteó que esto implica un "gran esfuerzo" para el gobierno local. 

Además, sostuvo: "Estamos investigando y presentándonos en fiscalía para ver cómo se relacionan estos hechos". Pidió que quien tenga información sobre lo que ocurre con la parada de la Terminal la aporte a la Justicia.

"No reconocemos ninguna organización que exista, ninguna cooperativa. Más allá de lo que digan, las paradas son libres en toda la ciudad y no se cobra por ninguna parada", remarcó. Los integrantes de la supuesta cooperativa, advirtió, serán citado por el municipio. 

El conflicto entre las edilas y los taxistas comenzó hace algunos días, cuando las concejalas presentaron una denuncia penal en el Ministerio Público de la Acusación contra los choferes de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno por amenazas y asociación ilícita. Sin perder tiempo, los denunciados respondieron con una carta documento donde solicitaban "mantener la paz social". Sostuvieron que la parada "no tiene dueño ni es una mafia y sostuvieron que las prioridades con las que se manejan son "una forma de organizar el trabajo".