El episodio se repite y preocupa a los médicos. Todas las semanas, en las guardias de los efectores públicos, brotan de manera casi mecanizada las agresiones verbales, las situaciones tensas y los empujones. Lo que sucedió este jueves por la tarde en el Roque Sáenz Peña sobrepasó todos los límites, no sólo por la situación violenta sino por las consecuencias que sufrieron en la comisaría.

Todo comenzó cerca de las 15.20 cuando la guardia se encontraba en una situación crítica por el ingreso de dos personas con intentos de suicidio que acaparó toda la atención de una desbordada guardia. 

En ese momento, según narró a Sí 98.9 el delegado del Sindicato de Trabajadores Municipales César Goroso, una mujer que estaba en espera bajo el sistema de prioridad de urgencias se alteró y exigió atención inmediata mientras golpeaba la puerta de la guardia. Ante la situación, dos médicas, una de ellas embarazada, le abrieron la puerta. Aparentemente, no le gustó la manera en que le pidieron que se calmara y que espere, y reaccionó de manera muy violenta.

Primero con agresiones verbales hasta que tomó de la cabeza a una de las médicas que estaba de espaldas a ella, y la golpeó contra un escritorio. Luego se retiró del lugar con su pareja a puro insulto y amenazas: “Ya vamos a volver, a vos te tenemos junada”.

La guardia policial no estaba presente en el lugar porque aparentemente el recambio no fue coordinado. Hubo casi tres horas sin efectivos. Cuando las médicas van a realizar la denuncia a la comisaría 15°, ubicada en Sarmiento y Ameghino, se encuentran con que los agresores ya habían realizado una denuncia contra ellas por maltratos.

"Totalmente infundada las denuncia", explicó Goroso. A raíz de esto, las demoran en la comisaría y las dejan incomunicadas durante casi cuatro horas. Desde el sindicato denuncian que los agentes policiales maltrataron a las profesionales de la salud. En primer lugar al dejarlas demoradas en el mismo espacio común que los agresores, lo que generó constantes insultos contra ellas en un ambiente de terror. 

"La policía no tuvo ni siquiera la deferencia de separarlos. Estuvieron desde las 16.30 hasta las 20. La médica que estaba embarazada quiso levantar las piernas porque estaba sintiéndose mal, y le exigieron que se ponga derecha porque no tenían privilegios”. Todo finalizó cerca de las 21 cuando fueron liberadas pero desde el sindicato realizarán las acciones legales correspondientes.