Días atrás, dos mujeres denunciaron a un grupo de policías de la comisaría 8, ubicada en la zona norte de Rosario. Madre e hija aseguraron haber sido torturadas y humilladas por largas horas tras una detención irregular, el 11 de enero pasado. También indicaron que fueron desnudadas frente a otras personas y que no se les permitió realizar ninguna llamada.

El hecho, difundido por Rosarioplus.com el lunes 22, obligó a una respuesta formal por parte del Ministerio de Seguridad de la provincia y de la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad. Las mujeres, respaldadas por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, habían solicitado “en especial al ministro Pullaro, una intervención seria en la prevención y sanción de la represión ilegal del Estado protagonizada por las fuerzas de seguridad de la provincia”.

Ricardo Giusepponi, subsecretario de Control de Fuerzas de Seguridad y Agencias de Seguridad Privada, explicó que la víctima realizó la denuncia en el 0-800-444-3583 el 13 de enero en horas de la mañana y que ese mismo día desde la Secretaria de Control a través de Asuntos Internos se procedió a tomarle una ampliación de denuncia.

“A la denunciante se la convocó para ampliar la denuncia e inmediatamente se dio conocimiento a la Fiscalía de Violencia y corrupción Institucional para que se sigan las actuaciones. A partir del día 13/1 el hecho es investigado por la fiscalía. Desde la Secretaria de Control se ha solicitado la investigación administrativa de lo sucedido la que se llevará a cabo una vez que la fiscalía disponga la dispensa de las actuaciones”, comunicó el Ministerio. Giusepponi reveló además que un médico revisó a la denunciante y “no se constataron lesiones”.

El hecho

El 11 de enero, cuando varios patrulleros llegaron a avenida Sabin al 1100 y procedieron a la detención de un par de chicos del barrio, agentes policiales ingresaron al domicilio de una de las denunciantes, que había filmado lo que ocurría en la calle. 

Según explicó la mujer, la actitud de los agentes con los chicos era muy violenta, y por eso decidió grabar el accionar policial y salir a la calle a pedirle a los uniformados que no agredieran a los detenidos. Fue en ese momento cuando uno de los efectivos se lanzó contra ella y le retorció el brazo para arrebatarle el celular. "El policía me agarró de los pelos y me arrastró hasta el patrullero. Ahí me esposaron y me tumbaron boca abajo mientras una policía me pisaba la cabeza”, detalló la mujer, que además denunció que los agentes no iban identificados.

La historia continuó luego en la Octava donde, siempre según la denuncia, la mujer, su hermana y su hija fueron sometidas por unas once horas.