Las muertes de Jimena Gramajo y Maximiliano Rosasco, la pareja que fue acribillada este martes por la noche a manos de la policía, engrosaron la estadística de homicidios cometidos en Rosario y su región en lo que va de 2019: 62 asesinatos. Una muerte violenta cada dos días.

Con el deceso de la joven y el hombre, la ciudad y alrededores completa una grilla de 62 homicidios en lo que va del año, cifra preocupante, ya que continúa con una tendencia sostenida que ha instalado en los últimos años a esta región entre las que más sufren la violencia urbana.

El panorama de la Provincia en materia de seguridad pública se complica aún más si se tienen en cuenta los número de la capital santafesina. En el departamento La Capital, ocurrieron 30 asesinatos en menos de cinco meses. En dicha región, durante el 2018, se produjeron 88 crímenes, con un aumento de más de un tercio respecto a los 65 que ocurrieron en 2017.

En cuanto a Rosario y sus alrededores, la cuenta negra el año pasado cerró con 198 casos, un 20% más que en 2017. La cifra es cuatro veces superior a la de Córdoba, conglomerado urbano que tiene una densidad poblacional similar. 

Aunque los últimos datos de los asesinatos en Santa Fe son preocupantes, los antecedentes de la provincia parecen superar la realidad. Desde que Hermes Binner asumió el gobierno en 2007, los homicidios no pudieron bajar de los 270 (con un pico de 460 en 2014), según informaron desde el Ministerio Público de la Acusación.

"Las tres administraciones del Frente Progresista ignoraron el tema", indicó el titular de la cátedra de Criminología y Control Social de la Universidad Nacional de Rosario, Enrique Font, en diálogo con Rosarioplus.com. "Ya en el año 2008, desde la Universidad empezamos a advertir que si el tema no se trataba iba a suceder lo que sucedió", apuntó.

Según señaló el abogado, el gobierno provincial no produjo "conocimiento sobre las dinámicas de los homicidios" y utilizaron una "lógica de negación del fenómeno".

En cuanto a la dinámica de los crímenes en la región, el especialista comentó que en general los asesinatos son actos de "violencia interpersonal entre jóvenes varones de sectores populares donde el rol de víctima y victimario cambia todo el tiempo". "En general, se da a través de un fenómeno de formación de juntas o banditas", agregó.

Respecto a la actitud del gobierno provincial a la hora de combatir la violencia, Font remarcó que "empezaron a costruir una descripción del fenómeno como si fuera violencia narco".

"Nunca hubo una preocupación seria de tener una política pública que produjera información sobre la dinámica de los homicidios y apuntara a resolverlos", criticó el magister en Criminología.

Al comparar los índices de Rosario con otras localidades de similares características, el titular de la cátedra de criminología de la UNR dijo: "Córdoba debe tener un mercado de menudeo similar al de Rosario, pero la tasa de homicidio es cuatro veces menor. El tema no es narcocriminalidad, sino varios fenómenos que le dan características muy particulares en a la violencia de la ciudad".

Font también hizo referencia a la fuerza de seguridad pública, que según su óptica está "metida hasta el cuello" en el delito, y el mercado ilegal de armas. "Cualquiera que quiera tener un poco de cartel anda con una 9 en la cintura", afirmó y añadió: "En el delivery de municiones hay participación de la policía". "Van tres gestiones que nunca se animaron a meterse con la policía, la cual es la más violenta del país", concluyó.