El 8 de octubre de 1984 cerca de las 2 de la madrugada dos personas vestidas de policía y armadas tomaron por asalto el edificio de Tribunales Provinciales de Rosario. Encañonaron y maniataron al personal de custodia y le sacaron sus armas. Luego fueron a su botín: la causa 6/1984, conocida como Feced, que investigaba operaciones de Inteligencia durante la dictadura militar.

Se robaron los tres cuerpos que investigaban denuncias contra Jorge Pérez Blanco, Eduardo Rebecchi y Teresa De Conde, quienes trabajaban para el Destacamento de Inteligencia 121. Poco antes, la Delegación Rosario de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas había secuestrado prueba documental incriminatoria para personal militar y policial y los exponía.

Ahora el fiscal federal Adolfo Villate reactivó la causa que pretendió frenar las primeras investigaciones sobre la represión ilegal en la región. El puntapié fue un documento público de 1987 en el que el militar Luis Américo Muñoz exigió al gobierno de Raúl Alfonsín un ascenso por su carrera y además por una operación de inteligencia realizada por él mismo. Se trataba del robo del expediente.

Villate entendió que Muñoz no pudo actuar sin la aprobación de sus superiores, el general Víctor Pino Cano y el coronel Héctor Fructuoso Funes, todos vivos aún. En marzo de este año, el juez Vera Barros ordenó la detención y recepción de declaración indagatoria de tres imputados. Esta semana fueron detenidos y esperan que la Justicia federal defina si acepta el pedido de la Fiscalía y dicta la prisión preventiva de cada uno y se avanza hacia un futuro juicio.

"Las detenciones fueron efectivizadas, y se les tomó declaración indagatoria a Funes y Muñoz, quienes además cumplen detención domiciliaria", explicó en un comunicado.

Según la Unidad Fiscal, los detenidos se desempeñaban a la fecha de los hechos como Comandante del Cuerpo de Ejército II de Rosario, Jefe de Inteligencia del Estado Mayor de dicho comando y como segundo Jefe del Destacamento de Inteligencia 121, respectivamente. Para la fiscalía los delitos se encuadran en “lesa humanidad siendo”, es decir que son imprescriptibles.