El gobernador Miguel Lifschitz se reunió este martes con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, encuentro en el que se supone que le planteó objeciones sobre la quita del Fondo Sojero. Para completar la conversación de poco más de una hora siguieron con otro tema que, a esta altura, puede convertirse en tabú: la deuda histórica que sigue pendiente de cobro por parte de Santa Fe.

Sin anunciarlo oficialmente, Lifschitz ingresó al despacho de Peña en la Casa Rosada y sin demasiados detalles terminó transcendiendo la agenda que tocaron. Sobre qué discutieron y en qué quedaron, no hay registro, pero sin dudas, y como es habitual en estos meses, lo económico desborda las preocupaciones políticas.

Así lo dejó en claro en declaraciones a medios locales. "Que estamos en una tormenta nadie lo duda. Las consecuencias y los efectos los vemos en la economía y en el ámbito social. En eso estamos todos de acuerdo. El mayor problema es que el gobierno no muestra un camino para salir de la tormenta y superar la situación y encontrar un mejor lugar para la economía".

La reciente eliminación del Fondo Sojero fue el reproche del gobernador ya que de esta forma se evaporan unos 2400 millones de peso que se bajan a municipios y comunas. Justamente este miércoles algunos intendentes y jefes comunales serán recibidos por la provincia para analizar la situación que recortó ingresos.