El socialismo juega lo que parece ser su última carta para avanzar en la reforma constitucional de la provincia de Santa Fe. Este miércoles, desde las 10, habrá una sesión especial en la Cámara de Diputados de la provincia donde se buscará debatir el proyecto oficial para modificar la carta magna. La mano viene complicada para el oficialismo más allá de las aspiraciones del gobernador Miguel Lifschitz.

Es que primero será necesario tener quórum, luego conseguir el voto de dos tercios para que el proyecto se trate sobre tablas y, de lograrlos, habrá que conseguir que dos tercios aprueben la iniciativa. De lograr la media sanción, pasaría al Senado, que también requiere la misma mayoría agravada.

La iniciativa oficial ingresó a la Cámara Baja el 16 de abril. A fines de ese mes, los jefes de bloque decidieron enviar el proyecto a cinco comisiones, pero se trabó en Educación. En este marco, Lifschitz pidió a sus diputados esta sesión extraordinaria, que se realizará este miércoles, la que obligará a todos los legisladores a expresarse respecto de la iniciativa.

Las chances

Las chances de que se apruebe el proyecto vienen más que complicadas. Es que el oficialismo tiene 24 votos asegurados pero necesita 34. El interbloque del PJ tiene 11 legisladores, que ya anunciaron que darán quórum pero votarán en contra. Lo mismo los 4 miembros del interbloque Igualdad. Cambiemos, que tiene 9 diputados, emitió en las últimas horas un comunicado en el que anticipa también su rechazo. ¿Habrá alguna sorpresa en las horas previas a la cita en el recinto? Las negociaciones continuaban contrarreloj.

"Hace por lo menos 20 años que se viene hablando en Santa Fe, porque es la única provincia junto con Mendoza que no ha renovado su Constitución en los últimos 30 años de la democracia, todas se han modernizado, la de Santa Fe ha quedado obsoleta y antigua", destacó Lifschitz este martes. 

El punto más conflictivo es la reelección de gobernador. "Todo el mundo está de acuerdo en que a futuro todos los gobernadores tengan dos períodos", remarcó Lifschitz, quien insistió en que la reelección no debería ser "una excusa" para frenar el proceso y sugirió incluir "una cláusula transitoria para decir que no corre para el actual gobernador".

Los tiempos no son un tema menor y juegan en contra del proyecto. Incluso si la ley se sanciona en la Legislatura, después de su promulgación corre un plazo de 120 días para la elección de convencionales constituyentes (el día de esa elección lo fija el Ejecutivo provincial) y luego hay un plazo de 60 días para que sesione la convención. Como el proyecto establece que la elección de los 69 convencionales no podrá coincidir con otra elección, la reforma sólo será posible antes del inicio del próximo proceso electoral provincial, que aún no tiene fecha, pero se manejará en forma independiente del calendario nacional.