Las pérdidas por la sequía en Santa Fe alcanzarían los US$ 190 millones debido a una disminución en las estimaciones de producción de los cultivos de verano, aunque la suba en los precios internacionales de la harina "podría amortiguar la caída", indicó un análisis del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral).

"En el 2018, el clima se constituye una vez más en el principal desafío para la producción agrícola, tanto a nivel provincial como nacional. En la provincia de Santa Fe, las pérdidas estimadas por la menor producción agrícola ascenderían a más de US$ 190 millones", afirmaron desde la institución de estudios económicos.

"A nivel de cada establecimiento, las consecuencias de la sequía implican un impacto económico negativo muy importante en el poder adquisitivo del productor, en los niveles de inversión del sector y en los próximos ciclos productivos, con las consecuentes implicancias económicas en la región", agregó el análisis.

Sin embargo, desde Ieral consideraron que, a diferencia del resto del país, Santa Fe "podría tener un as en la manga" debido al alza de los precios internacional de la harina de soja, ya que la provincia concentra el 86% de la molienda a nivel nacional.

Dicho subproducto cotizaba antes del cierre del mercado de Chicago en torno a los US$ 410 por tonelada, precio máximo registrado desde mediados de julio de 2016.

"La concentración del 86% de la molienda nacional en la provincia, y la posibilidad capitalizar en mayor medida el salto en el precio de la harina de soja a nivel internacional, permitiría amortiguar el impacto de la caída de la producción agrícola. No resultaría, sin embargo, en un impulso de igual magnitud que en 2016", explicaron.

Respecto de la actividad de la industria oleaginosa, desde Ieral destacaron que en lo que va de 2018 los inventarios iniciales de soja se ubicaron en los 23,4 millones de toneladas, 5,4 millones de toneladas más que en 2017 y 10 millones de toneladas por encima de 2009 y 2012, años donde se registraron importantes sequías.

"Sin embargo, los stocks iniciales contribuirían a compensar, sólo en parte, la caída en el nivel de producción esperada en relación al año anterior, y se estima una merma en la oferta de soja de producción nacional (sin considerar las importaciones temporarias de soja), de casi 10 millones de toneladas", remarcaron.

A pesar de este nivel de stocks iniciales, desde la consultora indicaron que éstos "se tratan de inventarios a un nivel más bien teórico", ya que "las toneladas remanentes de soja 2016/17 no se encuentran disponibles rápidamente, sino que dependen de la voluntad de vender de los productores, que ante condiciones de sequía y precios agrícolas con tendencia alcista, difícilmente estén convencidos de desprenderse de su producción".