El rubro de la indumentaria no es ajeno a la crisis que atraviesan muchos sectores de la industria. Una “foto” ilustrativa de la tormenta que azota a la producción de indumentaria es la del aumento de las ventas de ropa en los supermercados en detrimento de lo que ocurre en los corredores comerciales con tiendas de marca. Son muchos los seducidos por el ahorro, que ronda un 30 por ciento según un relevamiento que hizo Rosarioplus.com.

La tendencia empezó en 2017 y se consolidó en estos primeros meses del año, según alerta Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (Ciai). Al tiempo que las ventas minoristas cayeron un 2,8% interanual, las ventas en supermercados subieron 1,6% en enero en relación al mismo mes del año anterior.

Referentes locales del rubro textil analizan este “nuevo fenómeno” como una “distorsión lógica” producto del cúmulo de variables negativas que sufre desde hace tiempo el sector.

Los bolsillos flacos de los asalariados ante un poder adquisitivo que se reduce mes a mes se ven seducidos por precios más baratos que hoy tienen los supermercados. “Muchos empieza a  priorizar el precio y no tanto la calidad”,  describen los dirigentes del sector.

Francisco Carranza, titular de la Cámara de la Indumentaria de Rosario, explica que los supermercados son “importadores directos”, por lo que se ahorran una “intermediación”. “Entonces pueden tener precios más bajos y en este contexto esto seduce”, afirma.

En la búsqueda por ofrecer más productos, estas grandes cadenas incorporaron “mucha mercadería masiva, no de marca”. “En los súper no hay moda. Se apunta a un cliente de clase media, media baja. En este contexto están vendiendo mucho más”.

¿Cuánto es el ahorro?

Rosarioplus.com realizó un relevamiento casero para contrastar precios y tipo de indumentaria que ofrecen los comercios minoristas y los supermercados.

La recorrida se hizo por peatonal Córdoba (desde corrientes a San Martín) y por dos de los super con más ventas en la ciudad. La comparación fue sobre un listado de diez productos (prendas y calzado) de consumo básico en la industria textil, tanto para hombres, mujeres y niños.   

En promedio, la compra en el supermercado sale un 30% más económica que la que se hace al recorrer las tiendas minoristas del centro (6.450 pesos contra 4.470). La diferencia está, básicamente, en la calidad de la indumentaria y en su procedencia.

Casi toda la ropa relevada en la peatonal Córdoba se fabricó en el país. La ecuación se invierte en los supermercados, donde hay queda vez más productos importados. China y Brasil son los principales países exportadores.

Los productos nacionales que ofrecen los supermercados son, por lo general, segundas o terceras marcas. Los precios, por ende, son más baratos.

Las facilidades de pago son bastantes similares: por el momento tanto los comercios minoristas como los supermercados ofrecen cuotas sin interés y descuentos especiales con algunas tarjetas.

En el centro, por ejemplo, un jean se consigue en un promedio de 900 pesos, mientras que en los supermercados sale 550. Una remera de hombre de marca fabricada en el país ronda los 500 pesos. Importada en un super sale la mitad.

Una diferencia similar ocurre con las zapatillas de mujeres. Un par que proviene de Brasil sale 450 pesos en los grandes centros de alimentos. El precio promedio en el centro es de 850.

Los bodys de bebé son otro ejemplo de esta disparidad. En los super se exhiben a 120 pesos, mientras que en los comercios específicos del rubro no cuestan menos de 250.