El 2017 quedará grabado como un año negro para la producción y el trabajo de Santa Fe. Los últimos conflictos –Fabricaciones Militares, Vassalli, La Mucca y Refinería San Lorenzo-- son tan solo el corolario de un total de doce meses que trascurrieron con una altísima conflictividad laboral en casi todos los rincones de la provincia.    

Los pocos números que están sobre la mesa son contundentes sobre el impacto del ajuste en la industria y en las pequeñas y medianas empresas. En 2017 se cuadriplicaron los procedimientos preventivos de crisis respecto a 2015. La Casa Gris aprobó más de 220 acciones de auxilio para firmas con problemas económicos o financieros.

En 2015 se intervino sobre 70 compañías. En 2016 el número trepó 175. Y este año la cifra siguió creciendo hasta llegar a un promedio de entre tres y cuatro pedidos de ayuda por semana.

Santa Fe tiene casi 500 mil empleos en blanco, de los cuales 118 mil los pone el sector manufacturero industrial y 94 mil el comercial, minorista y mayorista. La mitad de los asalariados registrados se desempeñan en estos dos grandes rubros.

“En cada modelo económico hay ganadores y perdedores. Los sectores agroexportadores, mineros, financieros y de energía están ganando mucho dinero. Pero en la estructura industrial argentina esas empresas solamente son el 2% del total de empresas, todo el resto son Pymes industriales, comerciales y de servicios, que realmente la están pasando mal”, reflexionó días atrás Juan José Sisca, secretario de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa (Apyme)

Según esta entidad, en 2017 cerraron 944 empresas en toda la provincia de Santa Fe. Los industriales locales hablan de un “combo letal” que incluyó aumento indiscriminado de importaciones, caída del consumo del mercado interno, falta de líneas de créditos y los tarifazos en luz, gas y combustibles.

Sisca adelantó que el “colchón” que tenían muchas pymes para capear el ajuste ya se esfumó, por lo que en los próximos meses se “van a multiplicar los despidos”. “Con estas políticas el sector va camino al ocaso”, graficó.

Los despidos de fin de año

Los que primero pagan los platos rotos de este delicado panorama son los trabajadores. En los últimos días se anunciaron más despedidos en el territorio santafesino. En la planta de Fabricaciones Militares (FM) de Fray Luis Beltrán se ejecutaron 35 telegramas de cesantías.

Este miércoles se realizó “una caravana de protesta” hacia la ciudad de San Lorenzo. Operarios y gremialistas salieron a la calle para visibilizar el reclamo. El temor a que se produzcan más despidos en los próximos meses (la planta quedó ahora compuesta por 390 trabajadores) mantiene en vilo a todo el cordón industrial.

Lo paradójico en este caso es que la fábrica, que depende del Estado nacional, perdió rentabilidad y solvencia económica por las propias decisiones políticas del Poder Ejecutivo: desfinanciamiento de las Fuerzas Armadas (principal cliente), acuerdos comerciales con firmas extranjeras y la quita de partidas para la compra de insumos.

Quienes también se movilizaron en las últimas horas son los trabajadores de la Vasalli, la fábrica de cosechadoras de Firmat que ratificó su decisión indeclinable de despedir a otros 52 empleados. 

El 31 de diciembre vence el acuerdo preventivo de crisis la UOM y el Ministerio de Trabajo, algo que en su día puso un paño de agua fría al conflicto. Con la tensión en el aire, la cartera laboral extendió la conciliación obligatoria por 15 días más. La firma, por tanto, lo tanto no podrá avanzar con los despidos hasta tanto no se llegue a una solución definitiva y acordada entre las partes.

La incertidumbre también se respira en Díaz, un pequeño pueblo ubicado sobre la ruta provincial Nº65, a unos 75 kilómetros de Rosario. El viernes, los trabajadores de la empresa de productos lácteos La Mucca se encontraron con las persianas bajas y el anuncio de inminentes despidos.

En las próximas horas se concretarán 25 cesantías, “una cantidad significativa” para una localidad que tiene poca vida industrial. Los empresarios argumentan que estiman vender en el primer semestre de 2018 apenas el 60% de lo que hoy se produce.

El agua todavía no llegó al cuello de los 400 trabajadores de Refinería San Lorenzo, perteneciente a Oil Combustible, una de las tantas firmas en jaque tras la caída en desgracia del empresario Cristóbal López.

El peligro laboral está “a la vuelta de la esquina” según denuncian desde la Federación Supeh, uno de los gremios que nuclea a los petroleros. La Afip comunicó que se habilitará la apertura del concurso preventivo de la compañía, un paso impostergable para que otros capitales puedan quedarse con la firma.  Para visibilizar la delicada situación, se organizó para este miércoles un “abrazo simbólico” a la planta.

La larga lista del 2017

En el último informe del observatorio Legislativo del Frente Social y Popular se citan algunos de los despidos masivos en este 2017 en Santa Fe. Agrana Fruit, multinacional de procesamiento de fruta de Coronda con 55; la productora de biodiesel de San Lorenzo Bravo Energy con 35; el Frigorifico Vicentín de Villa Ocampo que dejó 115 trabajadores en la calle tras su cierre; el Sanatorio Saladillo que dejó a 35 trabajadores de la salud sin trabajo; los 100 puestos de Ultrapetrol en Alvear; y 45 cesantías en diferentes industrias del calzado de Rosario (Jandy y La Huella), Acebal (Pirri), y Zavalla (Primeros Pasos ).

Al resumen le faltan otros conflictos emblemáticos como el de Sancor, la histórica fábrica de quesos Magnasco de Santa Isabel, el cierre de Mefro Wheels (en proceso de reapertura), las suspensiones en General Motors o los despidos masivos en Unilever, firma que fabrica en Villa Gobernador Gálvez jabones en polvo.