La asistencia financiera que el gobierno nacional anunció el mes pasado para ayudar al sector pyme al pago de sueldos no tiene fiel correlato en la plaza financiera. Ya avanzado el mes de abril, las empresas se ven en aprietos y de los 350.000 millones de pesos que les habilitó el Banco Central para prestar al 24% anual, los bancos privados solo soltaron en créditos apenas el 12 por ciento del total. Los empresarios sucumben en un enredo burocrático para tramitar la solicitud del préstamo, que al final termina en el rechazo. Esta es la tendencia general de los bancos, y en ella se cuenta hasta el propio agente financiero del Estado provincial, el Banco de Santa Fe SA.

La masa salarial en Argentina hoy requiere de 320.000 millones de pesos al mes. El BCRA habilitó 350 mil millones para que la plaza bancaria comience a prestar a tasa del 24% desde el 8 de abril. Pero desde entonces, apenas si han soltado unos 48 mil millones, el 12%. Y los sueldos hubo que pagarlos.

En la provincia, ni siquiera el banco que es agente financiero del Estado santafesino se destaca por excepción. Y forma parte de la tendencia de toda la plaza a escamotear los créditos que reclama a gritos la industria y el comercio.

Se trata de Nuevo Banco de Santa Fe, entidad del grupo Eskenazi, que en octubre del año pasado revalidó su condición de agente financiero estatal al presentarse como único oferente en la licitación realizada por el gobierno de Miguel Lifschitz antes de culminar su mandato. Licitación que fue objetada por sectores de la oposición que le exigieron en vano al socialista que prorrogara la concesión, tal como lo dispone la resolución n°131/2014, para que fuera el gobierno de su sucesor, Omar Perotti, quien definiera su agente financiero. La licitación se hizo a toda costa y el grupo Eskenazi consiguió renovar la concesión de todos modos. 

Por ejercer el privilegio de cubrir servicios financieros a la provincia, el BSF paga un canon módico dentro del volumen de negocios que habilita: 3,6% de masa salarial anual, o sea unos 320 millones de pesos.

La familia Eskenazi es una de las 15 fortuna más grandes de Argentina, con un patrimonio de 1300 millones de dólares, lo que lo pone en el blanco del impuesto a la riqueza que prepara por estas horas el gobierno nacional. 

El BSF ofrece en su página web un préstamo para micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMe) al 24% anual, a 180 días para pago de sueldos, con garantías "a satisfacción del Banco", y con otorgamiento "sujeto a calificación crediticia y demás condiciones establecidas por el Banco", dice la entidad. "Ahí empieza todo: al final no prestan nada. No sale nada. Solo macanas", rezongó un empresario pyme de la región.

El retaceo de los bancos motivó el enojo del ministro de la Producción, Matías Kulfas: “Pusimos más de $30.000 millones a través del FoGar del Ministerio de Desarrollo Productivo con el que el Estado sale de garante, sobre todo a las empresas más chicas, y los bancos siguen poniendo excusas”, se indignó. Ahora el gobierno procura que la banca pública salga a ejecutar esos fondos prestables, la tarea que no está cumpliendo la banca privada. 

Empresarios de la región que participan de la Unión Industrial Argentina (UIA) confirmaron que los bancos no cumplen su función esencial y retienen los fondos que el BCRA ya les habilitó. La autoridad monetaria también es blanco de cuestionamientos porque no obliga a los bancos a efectivizar los préstamos, para lo cual emitió dinero y propició un salto de la cotización del dólar. 

Esas variables llevan a pensar a los entendidos en que el dinero emitido es capturado por el sector financiero y aprovechado para hacer negocio con la suba de la divisa norteamericana.Mientras tanto en la provincia donde el NBSF genera sus dividendos, los empresarios pymes desesperan ante la especulación de la banca. "Si me conseguís un Repro, te regalo un viaje a Marte. Es imposible conseguir ni un Repro y los créditos salen a cuentagotas. No sale un carajo", enfatizó un empresario rosarino a un periodista. Y dirigió su bronca al titular del BCRA, Miguel Pesce. "¡Ponen trabas, hacen de todo para frenar e ir prestando de a poco, pero yo tengo que pagar los sueldos ayer, y en dos semanas tengo que volver a pagar sueldos!", se angustió el industrial de una pyme local.

"Los bancos están muy mal acostumbrados a que la plata que ponía el Estado en el fondo le servía para jugar a la timba, le estaban pagando 100% de tasa interés por año solo por tener un papel del Estado y de golpe le dicen que se tiene que dar vuelta y prestar plata al 24%. Entonces no quieren y lo resisten", simplificó un analista financiero a Rosarioplus.com.