La Bolsa de Comercio de Santa Fe advirtió este lunes que la falta de lluvias en períodos clave del ciclo productivo malogró la campaña triguera, condicionó al girasol y afectó la evolución de los maizales, en un informe elaborado para el centro y norte de la provincia.

La entidad anticipó además que de persistir el déficit hídrico se genera un interrogante respecto de la implantación de soja, aunque como contrapartida señala que "en el plano comercial se advierte una mejora en los precios que podría salvar, en parte, en el resultado final a nivel agregado, la merma de producción".

El Centro de Estudios y Servicios de la bolsa santafesina elaboró un informe especial respecto del ciclo agrícola 2020/2021 con diferentes trabajos del sector y realiza una caracterización de la situación actual, tanto en materia productiva como comercial.

"En el plano comercial la situación es mucho más optimista", dice el estudio, ya que hay "precios que no se observaban hace mucho tiempo y con fundamentos que todavía están muy firmes, lo cual nos permite esperar que se mantengan a estos niveles".

"La pregunta que restará por responder es cuán grave será la afectación de la falta de lluvias a los cultivos, y si esta se podrá compensar, en términos económicos, mediante las mejoras en los precios", añade el texto.

Respecto del trigo, durante la segunda mitad de julio finalizó la siembra del cereal con un total de 348.500 hectáreas, un 7,8% menos que en la campaña 2019/2020.

Las condiciones del cultivo se deterioraron por razones climáticas y en octubre más de la mitad de los sembrados estaba "en condiciones regulares a malas".

Este deterioro se verá reflejado en una merma productiva respecto a la campaña pasada y respecto al potencial de la zona, ya que se estima que en el centro norte santafesino el promedio se ubicará entre 13 y 14 quintales por hectárea menos.

El año pasado se lograron 34,3 quintales por hectárea, lo cual indica una merma para esta campaña de unas 720.000 toneladas.

La implantación de girasol, a su vez, tuvo que ser interrumpida en agosto por falta de agua útil en la cama de siembra y complicó los planes iniciales.

El proceso finalizó a comienzos de octubre en el centro norte de la provincia con 97.800 hectáreas, 10.700 menos que lo previsto al inicio de la campaña y un 9,9% inferior al ciclo 2019/20.

En tanto, la siembra de maíz de primera comenzó en los primeros días de septiembre a ritmo sostenido, principalmente en la zona de las cuencas lecheras, con destino de autoconsumo (23.400 hectáreas), mientras que la superficie implantada final fue de 88.200 hectáreas.

Al igual que en el cultivo de girasol, la siembra se vio interrumpida por la falta de precipitaciones, lo que impidió lograr las intenciones iniciales y culminó con un 10% de hectáreas sembradas menos que en la campaña 2019/20, concluyó el informe.