Argentina es el octavo territorio geográfico mundial. Equivale a más de 5 veces España, 9 Italia y casi 8 Alemania. Tiene población dispersa a lo largo y ancho de todo el territorio, diversidad de climas, recursos naturales, economías regionales, desarrollo humano y realidades sociales muy diferentes que varían notablemente de una provincia a otra e incluso dentro las propias provincias.

Respondiendo a la pregunta inicial si «¿Estamos preparados?» para acoplarnos a la era de las tecnologías de la información, la comunicación, la conectividad y el comercio electrónico, la respuesta más apropiada es «parcialmente». Sin dudas un vasto sector de la población está muy avanzado en este camino, a niveles del «primer mundo», pero otro vasto sector no puede siquiera acceder a internet. Es el 37% de los hogares que causalmente (no casualmente) es similar al porcentaje de población bajo la línea de la pobreza.

Comparando provincia por provincia, niveles de hogares que no acceden a internet con niveles de población bajo la línea de la pobreza, los resultados se parecen demasiado. Hay una ineludible relación entre pobreza y exclusión digital. La velocidad de internet dependiendo la región y provincia también es indicador claro de desigualdad digital.

Es una opinión de quienes redactan el presente que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) actualmente se insertan en forma desigual en el país y también es razonable afirmar que Argentina tiene, al menos, una pobreza digital del 37%.

Si quisiéramos explicar sintéticamente en un párrafo cómo llega internet hasta el modem de un hogar, deberíamos decir que hay una red de fibra óptica, pública y privado, tendida en toda la Argentina que transporta el servicio mayorista hasta el ingreso a cada localidad. Luego a partir de allí la toma un prestador local y con la tecnología disponible (cablemodem, ADSL, fibra u otra) será el encargado final de distribuirla por las calles de la ciudad y entregarla en el domicilio.

En este servicio final de internet hay un claro predominio con el 56% de la tecnología de cablemodem brindado por prestadoras de TV por cable (Cablevisión-Fibertel, Telecentro, etc), seguida de lejos con el 26% por la tecnología ADSL brindada por las telefónicas (Arnet, Movistar ex Speedy, Sion, etc) y en un incipiente 12% aparece la tecnología de fibra óptica brindada por Claro, Direct TV-fibra, LIV, pero sobre todo cooperativas y prestatarias locales en el interior.

Con mínima participación, sin recurrir a los servicios mayorista de la red de transporte terrestre por fibra óptica, aparece el servicio de internet satelital, con DirectTV como el prestador más reconocido.

Comercio electrónico

Solo el 63% de los hogares en Argentina cuenta, en mayor o menor medida, con acceso continuo a los 4 elementos claves. En Argentina, el comercio electrónico se enfoca principalmente en la rama «empresa a consumidor». Se puede detectar algo de actividad del tipo «consumidor a consumidor». Las otras 3 ramas son clave para transformar el crecimiento en desarrollo del comercio electrónico. Así le entienden (y apoyan) los países más importante del mundo. En Argentina no se ve y si existe no se comunica. Probablemente una encuesta en Argentina acerca del comercio electrónico, la palabra más repetida sería «Mercado Libre».

A continuación se brindan algunos gráficos de recopilación propia que sirven para tomar dimensión de la situación actual: