Según un estudio desarrollado en Estados Unidos, el enojarse hace subir de peso y dificulta cualquier dieta que se encare. Así que además de controlar lo que se come, también parece ser más que necesario trabajar sobre las emociones.

El estudio estuvo a cargo del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, con los profesionales Elissa S. Epel, Rodin Grilo CM, Noel Cummings y Larson LM.

Su investigación consistió en trabajar con 41 mujeres con obesidad. Se les pidió que realizaran actividades que generaban estrés en diferentes grados, mientras se monitoreaba su nivel de cortisol -la hormona que afecta a la distribución de la grasa causando que se almacene centralmente alrededor de los órganos, y haciendo que cada vez sea más difícil eliminarla-.

Los doctores descubrieron que las personas que se enojaban más fácilmente tenían una cintura mucho mayor a las de las otras mujeres. La doctora Elissa S. Epel, del Departamento en Psicología de Yale, explicó que “el estrés está presente en la vida de todo el mundo, pero lo cierto es que existen individuos que llegan a segregar más cortisol que otros, y que lo hacen cada vez que enfrentan el mismo estímulo estresante”.

Luego de la primera exposición al estrés, las mujeres se sintieron más amenazadas por las estresantes tareas del estudio por lo que las llevaron a cabo con menos diligencia y segregaron más cortisol. También reportaron más estrés vital.

“Es posible que una experiencia frente a condiciones estresantes o vulnerabilidad psicológica les haya llevado a reaccionar exageradamente a los estímulos negativos de sus vidas, así que han tenido un gran acceso al cortisol”, agregó la profesional .

Claro que el estilo de vida y la edad también pueden ser factores de influencia en el tejido adiposo que se acumula en la zona del abdomen.Sin embargo, la doctora Epel aseguró que un estilo de vida saludable, incluyendo un descanso adecuado, relajación y ejercicio, puede reducir significativamente los niveles de cortisol.