Un proyecto del edil del Partido Demócrata Progresista (PDP), Aldo Pedro Poy, busca prohibir el consumo de cigarrillos electrónicos en los ámbitos públicos. Si bien la iniciativa ya lleva dos años descansando en el Palacio Vasallo, volvió a estar en la mira desde hace algunos días tras las recomendaciones de la Organización Mundial de la Saludo (OMS) acerca del uso de este dispositivo que pretende sustituir el consumo de tabaco.

El informe de la OMS desaconseja el uso de vaporizadores a los fumadores que intentan abandonar el hábito, y asegura que esos adminículos son "indudablemente dañinos" y deberían ser regulados. "Son productos que se han convertido en una puerta de entrada del tabaco para la gente joven. Nuestra recomendación a los gobiernos es que los traten y regulen como productos de tabaco", rebatió un responsable de la OMS.

Es que los cigarrillos electrónicos carecen, debido a su reciente irrupción masiva en el mercado, de una regulación en los distintos lugares en donde se los comercializa. Sin embargo a medida que se los estudia son más los estados que desaconsejan su uso y hasta los prohíben, recalcó el concejal Poy. El pasado 25 de junio San Francisco se convirtió en la primera gran ciudad de Estados Unidos en prohibir su venta con una decisión unánime de su concejo municipal. La ordenanza subraya la necesidad de actuar ante el "impresionante aumento" del vaporeo entre los jóvenes con "consecuencias significativas en la salud pública".

La iniciativa presentada por el edil demoprogresista en el año 2016 ya advertía esto y proponía prohibir la venta y consumo del cigarrillo electrónico en todos los ámbitos públicos de la ciudad, al considerar que provoca los mismos daños que el común. Además, abría la posibilidad de sanciones en caso de la venta a menores de dieciocho años.

En su momento Poy fundamentó su propuesta estableciendo que, “para el fumador pasivo, el cigarrillo electrónico es igual de nocivo que el cigarrillo común y produce los mismos daños en las personas que no fuman pero que aspiran el aire en lugares cerrados con fumadores".

En este mismo sentido explicó que “para que el cigarrillo electrónico funcione, se tiene que rellenar el dispositivo con nicotina líquida, con lo cual estaría cumpliendo la misma función que un cigarrillo común, solo que en vez de producir humo por la combustión del tabaco, produce vapor por la evaporación del liquido de nicotina".

Por lo pronto, la iniciativa que se propuso como ordenanza sigue sin aprobarse. Pero la reapertura del debate sobre la necesidad de regulación de estos dispositivos lo vuelve a poner en consideración en la agenda local, habrá que esperar si los legisladores de la ciudad toman nota y avanzan en este sentido.