El Mundial no sólo gira en torno a la pelota de fútbol y los diferentes equipos: también es importante el menú con el que se comparten momentos frente a la pantalla junto a familiares y amigos. Los especialistas aseguran que muchas veces el cerebro piensa la comida con una recompensa emocional, más que con el hambre que se tenga. 

En estas épocas mundialistas, el hábito tradicional argentino de reunirse en torno de la cerveza y la picada, y la lluvia de publicidades gastronómicas que acompañan las transmisiones televisivas, anticipan lo que va a llegar: cuerpo y cerebro aprenden que ingerir es gratificante.

"Es la búsqueda de compañía, de afectos, de comida y bebida como obtención de placer, y por lo tanto, en estos momentos, nos gratifica no solamente el encuentro con amigos sino también el hecho de planificar comer algo que nos gusta", asegura Virginia Busnelli, especialista en nutrición. 

En esa línea, Busnelli advierte que comer algo rico no necesariamente debe implicar ingerir alimentos con alto contenido en sal, grasas y –por ende– poco saludables, como justamente suele ocurrir en estas situaciones. 

La especialista recomienda planificar con tiempo lo que se va a comer y, si se trata de una picada, lo recomendable es escapar de los embutidos, chacinados y productos empaquetados.

En esa línea, aconseja variedades de quesos duros o semiblandos, preferentemente descremados, algunos incluso que se puedan envolver en filetitos de atún, un pescado rico en Omega 3 y Omega 6, como anchoas, sardinas o salmón, entre otros.

En esa variante, los quesos untables de bajas calorías untados en mini tostaditas suelen ser otro aliado.

Busnelli apunta las bondades de incorporar verduras a las picadas ya que "aportan fibra y volumen" y entre ellas sugiere la palta y las endivias.

"Otra buena opción es hacer mini brochettes de tomates cherry, albahaca y queso en dados, zanahorias en tiritas y pencas de apio bien lavadas y secas paras acompañar con un dip de queso crema descremado y ciboulette picada", detalla.

La combinación de las frutas frescas con los quesos es una opción y exquisita y fresca, que deleita a los comensales, principalmente si se combinan con uvas, cerezas o arándanos.
El toque final de elegancia y el aporte de nutrientes para completar una picada mundialista saludable son las frutas secas, como pistachos, nueces o almendras.

"La mayor parte de las decisiones que tomamos en torno a los que tomamos y comemos no tienen ningún tipo de relación real con el hambre ni con las energías que necesita nuestro cuerpo, ya que en estos casos la ingesta tiene que ver con la emoción y la búsqueda de placer de la recompensa", enfatiza.

Por todo esto, "el camino no pasa por abolir el placer, sino por cambiarlo", concluye Busnelli.