Este viernes se inicia el receso escolar. Y si bien Rosario llega a estas dos semanas de vacaciones con un clima casi primaveral, resta parte del invierno y se atravesó ya por una ola polar, que desnudó falencias en la infraestructura de algunas escuelas, como la falta de gas, agua o instalaciones que no soportaban estufas eléctricas. Pero además, desde el inicio de la pandemia se fue agravando un problema inédito: la vandalización de edificios educativos. En junio, según indicó el FAE, fueron 24 casos.

Si bien el escenario se repite en toda la ciudad, hay casos más resonantes que tuvieron repercusión mediática: en Las Flores, la escuela 756 fue robada catorce veces desde el inicio de la pandemia; en barrio Belgrano la escuela 6.383 fue vandalizada cinco veces y su plantel directivo debió solicitar al Ministerio de Seguridad que se ponga guardia durante la noche. La 825, en Parque Casas, hace poco volvió a quedarse sin luz, porque habían cortado los cables de energía que pasan frente a la institución y los de toda la manzana, para vender el cobre. Y la lista podría seguir. 

"Este volvió a ser un mes durísimo en hechos de vandalismo. Estamos hace tiempo en este promedio de veinte robos por mes en las escuelas de la ciudad", le dijo Rubén Rosa, titular del Fondo de Asistencia Educativa, a RosarioPlus.

Además, Rosa dio a conocer un informe en el que se detallan los arreglos que llevó adelante el FAE el mes pasado. "Fueron 398 intervenciones, 41 más que las que habíamos ejecutado en mayo". El siguiente es el detalle de las tareas: hubo 206 trabajos de electricidad, gas, vidrios, herrerías, albañilería y mobiliario; 93 verificaciones de cañerías, tanques de agua, problemas en desagües, baños, suministro de electricidad y agua; 75 tareas de desmalezamiento y desinfección general. Por último, los mencionados 24 hechos de vandalismo que obligaron a intervenir para arreglar o reponer elementos tras hechos de robo en escuelas.

El presupuesto con el que cuenta el Fondo de Asistencia Educativa depende de la recaudación del municipio. En su administración también están presentes la provincia y las cooperadoras. En la gestión diaria, el plantel directivo de una escuela sabe que si se rompe una canilla, un escritorio o hay que pintar el marco de una puerta, se puede contar con la colaboración de este organismo, pero que las obras de infraestructura corresponden al Ministerio. "Son gestiones de resolución rápida y más económica. No se puede iniciar un trámite administrativo ante la provincia para llamar al plomero. Nosotros tenemos una buena relación de trabajo, pero es cierto que en otras épocas había más recursos en el Estado y que el FAE ha llegado a ampliar aulas. Ahora en la pandemia se está trabajando con menos de lo que se necesita y buena parte de los fondos públicos se tuvieron que destinar a Salud ", planteó Osvaldo Biaggioti, el titular de la Delegación VI del Ministerio de Educación de la provincia.  

En la misma línea, Rubén Rosa confiesa casi con resignación: "Es necesario que se vea el trabajo que hacemos todos los días. Pero tenés, por un lado, algunos edificios con más de cien años y problemas estructurales. Y por otro, un deterioro de la situación social que deja a las escuelas muy expuestas. A veces terminás de arreglar una y al otro día te llaman que la volvieron a vandalizar. Nos pasó esta semana con una institución en zona oeste, que nos pidieron que no demos el nombre, que tuvimos que ir porque se habían robado los dos tanques. Había alarma y sensor, pero entraron igual. Fuimos, repusimos los tanques e hicimos una estructura de hierro para que sea más complicado acceder. Ayer me llama la coordinadora y me cuenta que se robaron los fierros que habíamos puesto. El lunes tenemos que ir a poner una jaula. En zona sudoeste hace poco se robaron una sisterna, es una cosa de locos"