Durante la semana el anuncio de la compra de 25 millones de dosis de la vacuna rusa, despertó esperanza en gran parte de la población por poder finalmente avizorar una solución posible a la pandemia que atraviesa el mundo. Sin embargo, también hubo reacciones en contra que acusaban una supuesta inseguridad del desarrollo llevado adelante por Rusia. Bajo el Hashtag #YNoMeVacuno miles de usuarios en Twitter salieron a criticar la decisión del ejecutivo que se vio forzado a poner mantos fríos al asunto. Fue el mismo presidente quien aseguró que "no preguntamos la ideología de la vacuna, sólo si salva vidas".

¿Es válido este argumento para el debate que hoy se expone mayoritariamente en redes? ¿Hay lugar en le debate pública para el consenso incluso cuando se trata de consensuar sobre la vida? Desde Rosarioplus.com conversamos con Luciano Galup, analista comunicacional y autor del libro "Big data y política", para pensar algunas de estas cuestiones. 

"La discusión al rededor de la pandemia, coronavirus, sobre todo en el tema de la cuarentena, tiene mucho más que ver con posicionamientos ideológicos, que con lo que se opina en términos sanitarios o de salud pública", afirmó en primer lugar.

En este mismo sentido aseguró que esta tendencia se empieza a evidencias a los dos o tres meses de establecido el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). "Durante la primera etapa de la cuarentena esta tenía mucha aceptación. Ya pasados un par de meses se empezó a ver ciertos cuestionamientos en relación a su sentido. Allí las posturas a favor o en contra, lo que se opinaba en relación a la cuarentena estaba vinculado a la opción de votos", especificó.

"En el caso de las vacunas sospecho que es bastante similar. Estamos hablando de grandes segmentos de la población, no de los antivacunas particularmente, sino de las personas que se dan todas las vacunas pero que de esta desconfían. Esto tiene mucho más que ver con un posicionamiento ideológico, con un posicionamiento opositor, más que con una opinión en relación a cuestiones de salud pública", explicó.

La explicación de esta situación según el analista excede la lógica misma de las redes y atiende a cuestiones sociales que encuentran su expresión, magnificación, en las redes pero que no se explican solo con ellas.

"Lo que estamos viendo es que los niveles de polarización y lo que se conoce como grieta permeó tan profundo y tan enclavado en varios sectores de la sociedad que termina tiñendo casi cualquier debate público en a favor o en contra", sostuvo.

Consultado en relación a la expresión del presidente en la que afirmó que no pregunta la ideología de una vacuna, sólo si salva vidas, Galup manifestó que "ideologizamos todo con lo que actuamos, porque somos seres cruzados por nuestras lecturas ideológicas de lo cotidiano, del mundo. El problema no es esto, sino que eso se está construyendo en una lectura de a favor o en contra, que tiene mucho más que ver con una lógica del aguante, deportiva, que con una lógica del debate público".

"Podemos tener una lectura ideologizada, el problema es cuando la sociedad empieza a entender que tiene que estar a favor o en contra de todo, y quien está en frente es alguien a quien yo me tengo que oponer constantemente. Eso termina lesionando el debate público, porque impide el diálogo, básicamente impide la construcción de algún tipo de consenso", afirmó.

"Hinchar a favor o hinchar para que a una vacuna le vaya mal impide cualquier construcción de consenso en relación al problema de la pandemia". 

Sobre la génesis de esta subjetividad atravesada por la toma de posición en oposición, reflexionó que "se trata de una herencia de nuestra tiempo, de sociedades que se fueron polarizando cada vez más producto muchas veces de frustraciones y de sentirse defraudada por la política, por la democracia, la participación". Sin embargo no lo circunscribió a una situación propia de la Argentina. "Estados Unidos está en la misma situación que nosotros, y te diría que aún más. Es un país partido por la mitad. Es una señal de nuestro tiempo este partir a la sociedad en dos y me parece que hay que analizarlo pero al mismo tiempo convivir con ella", sostuvo. 

Finalmente, afirmó que esta "es una lectura del mundo que es muy refractaria a la construcción de consensos, que está muy en función de construir fronteras. Es una forma de hacer política, es una forma válida de hacer política. El problema es que hoy vemos que hay grandes sector de derecha, neoconservadores que lo están utilizando y lo están haciendo de una manera muy efectiva, con lo cual debemos crecer en este marco de polarización". Quizás crecer en este contexto sea justamente volver a construir consensos y derribar fronteras.