El retorno a las clases presenciales del nivel primario después de varias idas y vueltas, de presiones, y de confrontaciones entre gremios, familias, y autoridades provinciales, se vio atravesado por el frío polar.

Justo las emana de retorno a las aulas se condiciona por las bajas temperaturas que hicieron dudar a más de un padre y madre de enviar a sus hijos dado que los protocolos obligan a mantener ventilados los ambientes para evitar los contagios de covid. Ni hablar en escuelas de zonas postergadas donde los ambientes están más expuestos al frío.

Según un relevamiento de Amsafe Rosario, la asistencia fue baja: un 30% en las escuelas de los sectores más vulnerables, y entre un 50 y 60% en las del centro, llegando algunas al 80%.

"A la hora de recorrer las escuelas, hay cuestiones muy claras: la presencialidad de las burbujas convocadas es alta en sectores sociales medios-altos, donde las condiciones edilicias permiten interactuar con espacios ventilados pero climatizados. Pero no llega a un tercio en los establecimientos que no cuentan con las condiciones necesarias”, explica el informe de la seccional del gremio de docentes estatales.

El frío polar arremete contra la vuelta de la presencialidad

La ministra de Educación, Adriana Cantero, evitó hacer evaluaciones de presencialidad porque las hará recién a fin de la semana, pero reconoció que “siempre que hace mucho frío, el ausentismo se nota”.

“Respecto a la ventilación, recuerdo que está protocolarizada y es una recomendación desde hace décadas, pero ahora es indispensable”, explicó en Sí 98.9, y agregó que existe un espacio de reposo en las horas de cursado y recordó que la calefacción está habilitada. Además confirmó que las faltas corren.

“Ha sido un retorno muy esperado, y muy importante retomar el vínculo con los más chicos. Esperamos que el segundo semestre sea ​​mejor para planificar”, sostuvo.