La acotada victoria en las PASO del candidato a presidente de La Libertad Avanza, Javier Milei, puso en la agenda pública algunas iniciativas que el libertario aplicaría si llega a la Casa Rosada en diciembre.

Unas de las polémicas propuestas del economista es revertir el sostenimiento de la escuela pública, y quitar los subsidios a los colegios privados. Y en su lugar, aplicar un sistema de “escuelas voucher”, por el cual las instituciones, convertidas en empresas, competirían entre sí para obtener más “clientes” (léase alumnos, estudiantes).

Este cambio en el sistema educativo, casi sin control del Estado, le daría la potestad a los diferentes establecimientos para fijar un valor de la cuota mensual según las normas del mercado, es decir, la oferta y la demanda.

“Si se le sacan los subsidios a las escuelas de gestión privada, la relación se vuelve de 1 a 5. Es decir, que por cada peso que una familia paga hoy debería pagar 5”, afirmó Martín Lucero, secretario general de Sadop Rosario, en diálogo con RosarioPlus.com.

Los valores actuales de los aranceles en colegios privados van desde los 24 mil pesos (instituciones con 80% de subsidio) a 61 mil (40%). Cabe recordar que las escuelas que no reciben aporte del Estado pueden cobrar el arancel que deseen, y en algunos casos superan los 100 mil pesos.

De esta forma, si se aplica la fórmula advertida por Lucero, las cuotas tendrían un costo mensual que oscilaría entre los 120 y 305 mil pesos.

“Es un modelo viejo, que tiene 70 años, y fue esbozado por Milton Friedman. A nivel global nunca llegó a instalarse. No hay muchos lugares que en estos 70 años los hayan implementado y sostenido. Puede haber alguna experiencia más local y pequeña por ahí”, indicó el secretario general de Sadop sobre las escuela voucher, y agregó: "En Latinoamerica está el caso de Chile, que lo dejó hace algunos años después de las protestas estudiantiles. En Suecia hizo estragos en el sistema educativo porque se descubrió que las escuelas para mejorar sus rendimientos "inflaban las notas" de sus alumnos y cuando venían los exámenes nacionales o las pruebas internacionales las competencias que los alumnos debían tener incorporadas no eran tales". 

“No hay evidencia que respalde que eso mejora la educación y, de hecho, los mejores sistemas educativos del mundo no usan ese modelo”, concluyó Lucero.