Las escuelas se encuentran en una situación alarmante debido a las amenazas y ataques que están recibiendo en sus edificios. En respuesta a esta problemática, Amsafé Rosario llevó a cabo una manifestación frente a la sede de Gobernación local el día martes. Los docentes están siendo víctimas de amenazas que incluyen “balas y plomo”, recibiendo mensajes intimidatorios en sus teléfonos móviles y comprobando ataques a las fachadas de los establecimientos educativos. Esta situación ha llevado a las y los docentes a decir “basta” y exigir soluciones efectivas.

“Es necesario poner fin a la violencia en nuestras escuelas y barrios, no podemos permitir que nuestros estudiantes sean víctimas de la delincuencia. Rechazamos las reformas de ajuste y exigimos condiciones de trabajo y edilicias dignas para educar y aprender en un ambiente seguro, es imprescindible la apertura inmediata de paritarias y la defensa del 82% móvil y todas las conquistas obtenidas”, fueron algunas de las consignas que impulsaron la convocatoria a esta nueva manifestación.

Juan Pablo Casiello, líder de Amsafé Rosario, expresó que "la situación es muy grave y ha superado el límite". Desde la decisión de realizar la marcha en el plenario de delegados hasta la actualidad, han sucedido muchos acontecimientos. Si bien el eje principal era la violencia y la necesidad de la reapertura de paritarias, “el tema de la violencia ha empeorado aún más”. Según Casiello, numerosas comunidades “no pudieron asistir a la escuela debido a esta problemática”.

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"Es alarmante ver la impunidad con la que estas bandas operan en una situación tan delicada. La autoridad no está brindando suficientes garantías y cualquier amenaza es creíble", expresó con preocupación el líder sindical. En cuanto al plan del Ministerio de Seguridad provincial de acompañamiento al alumnado en los horarios de ingreso y egreso de las escuelas, que en un principio había mostrado buenos resultados, Casiello opinó que “durante la primera semana o diez días, cuando la situación era más tranquila, parecía funcionar”. Sin embargo, a medida que la situación se fue complicando en distintos barrios, "se evidenció que no sirvió de nada".

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