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Apodado bajo el simple nombre de El Rasta, un joven oriundo de Paraná, al otro lado del río, se reconoce a sí mismo un influencer, o como le dicen en castellano, un usuario de redes sociales que genera influencia en muchos otros usuarios.

En diálogo con Cecilia Cassabone en Sí 98.9, El Rasta contó cómo comenzó esta extraña nueva función social en su vida y detalló algunos secretos para que todo aquel que quiera manejar bien sus cuentas pueda tomar nota.

Abrio su cuenta en Facebook allá por el 2006 “cuando todavía no estaba claro su uso, y publicaba de forma ecléctica los posteos”, pero fue por el 2010 que ingresó al mundo Twitter, donde se lo puede considerar todo un crack, con 24 mil seguidores y más de 49 mil likes.

“Empecé a jugar un poquito, en un comienzo estaba más pendiente de lo que respondan, pero hoy escribo lo que se me ocurre, no pienso en el qué dirán”, aseveró, a la vez que aclaró que con sus opiniones no busca influir específicamente, a la vez que aseguró: “Nadie me paga por hacer esto”.

Recordó que sólo una vez recibió dinero para hacer un tweet avisando que un político estaba en un programa de tv, pero como no se sintió cómodo decidió no hacerlo más. “Me han ofrecido vouchers, entradas, tickets de comida, y eso claro que está bueno, pero no es lo que busco”.

Claro que muchos influencers, así como modelos o famosos sí se dedican a publicitar marcas, tendencias, modas, y política. Y aseguró que los que más claro la tienen son los más jóvenes, como los youtubers, que “encontraron en esto una forma de vida”.

Dejó algunas recomendaciones: “Al publicar algo en tu cuenta hay que ser consciente de que va a ser público, y lo que se busca generalmente es una interacción, sin miedo a las respuestas. No le creo a la gente que dice que publica cosas sólo por decir lo que tiene ganas y no le importa la opinión que genere. Tampoco le creo a los famosos con muchos seguidores y dicen que no contestan por la cantidad de mensajes que les mandan. Eso es mentira. Todos los famosos leen todos los mensajes que les mandan, en algún momento del día, les importa”.

La idea es “brindar publicaciones interesantes, ser genuino. Hay efectos especiales con videos, aunque claro que hay gente que sólo la siguen porque es linda”, aunque aclaró contundente que “la idea no es vivir pendiente de eso porque la vida está en otro lado”.

Recordó que actualmente muchos usan estas redes “para el levante”, pero aseguró: “Yo no é nadaon eso, creo que hay un mito en torno a eso, con el histeriqueo de si ven la historia o puso me gusta, si se puso me gusta se marca territorio”.

Reconoció además que “cuando te hacen enojar uno responde”, pero claro que su objetivo es divertirse, cuando “otros buscan impresiones sobre la cantidad de seguidores en sus publicaciones”.

Por otra parte relacionó al influencer con el community manager: “Es una profesión nueva, manejan cuentas de políticos, con bajada de línea para moderar las opiniones de la gente, y la idea es que sí responda a los mensajes de sus seguidores”.

El nuevo nicho del marketing: Instagram

La red social de la imagen, Instagram, es la vedette del momento, y Facebook pasó a ser “la red social de los padres” según RastaOk, y lo logró “porque creó las historias que tomó de Snapchat”, y explicó que “al tener seguidores en vez de amigos tiene un toque impersonal, que hace creer a todos que son famosos. Sobre todo los más chicos, se transforma en un juego o competencia”.

En este sentido, el marketing está mirando mucho a las redes sociales, porque “tienen una acceso muy directo a los consumidores, y es mucho más fácil de medir que la radio por ejemplo, ya que se puede saber cuánta gente vio una publicación”.

Consultado sobre qué marketing le gustaría que le propusieran aseguró: “Me gustaría que me contraten empresas de viaje para viajar a Córdoba, Mendoza y otras provincias”.