Un grupo de robots humanoides participará el fin de semana en una competición de esquí que coincidirá prácticamente con el arranque de la competencia real en los Juegos de Invierno que se inaugurarán este viernes en PyeongChang, Corea del Sur.

Un grupo de robots humanoides de más de 50 centímetros de altura, pertenecientes a ocho equipos surcoreanos, competirá en el Welli Hilli Park de HoengSeong durante las jornadas del sábado y del domingo, cuando el descenso masculino abra en JeongSeon la competición de esquí alpino, el deporte rey invernal.

Los robots esquiadores pertenecen a equipos de cuatro Universidades -las de Kookmin, Myongji, Hangyang y la Nacional de Kyungpook- y de cuatro compañías: Seoul Tech., MINIROBOT Corporation, KAIST y KIRO, según informó la organización de los terceros Juegos de invierno, citada por EFE.

Los enviados especiales a la región de Gangneon -en el norte del país, a unos cien kilómetros de la zona desmilitarizada (DMZ, por sus siglas en inglés) que la separa las dos Coreas-, que albergará la XXIII edición de los Juegos Olímpicos de invierno, se topan frecuentemente con diversos robots, en una nación siempre puntera en ámbitos tecnológicos.

De tal forma, en la Villa de Medios los robots informan sobre los horarios de desayunos, comidas y almuerzos; así como -de momento- del programa de entrenamientos (al que a partir del sábado se unirá el de competición).

También lo hacen los que pululan por las zonas del Centro de Prensa Principal (MPC, por sus siglas en inglés), que, además, se dedican a las tareas de limpieza, mientras que otros robots pintaron murales en el Estadio Olímpico de PyeongChang.

Los hay que ejercerán de traductores, otros ofrecerán bebidas y otro grupo de ellos se dedicará a ofrecer información de las competiciones olímpicas en tiempo real.

Los Juegos se organizan (también) para proyectar la imagen de una nación al mundo; y, de momento, los de PyeongChang marcarán un hito en lo que al empleo de la robótica en citas olímpicas se refiere.

Prueba de ello es que a lunes 11 de diciembre, un robot humanoide de la sección de Daejeon de la empresa KAIST efectuó uno de los relevos de la antorcha olímpica cuyo fuego servirá para encender el viernes el pebetero de los Juegos de PyeongChang.

El 'último grito' de entre los robots que ha presentado la organización de los Juegos surcoreanos es uno con forma de pez -de 53 centímetros de largo y algo más de dos kilos y medio de peso-, que es capaz de reconocer obstáculos y nadar hasta a cinco metros de profundidad. Con autonomía de treinta horas, siempre que, previamente, se cargue su batería durante cinco.

También hay un comité de bienvenida integrado por robots humanoides que recibe a los visitantes con ramos de flores. Otro de los modelos es capaz de reconcer y guiar en cuatro idiomas: coreano, inglés japonés y chino.

Y, por supuesto, la mascota de los Juegos, Soohorang -un tigre blanco coreano-, también tiene su versión robotizada. Se mueve cuando se le acerca un humano, al que puede guiar con voz y gestos.

Soohorang causará, sin duda, furor entre el público, que podrá sacarse fotos de recuerdo como 'souvenir' de esta cita olímpica junto a su nuevo amigo.