Los desarrolladores de coches inteligentes mantienen la apuesta tras el accidente mortal del taxi autónomo de Uber y lejos de alarmarse asumen que los nuevos vehículos evitarían más del 50% de los accidentes que se producen actualmente. 

Aseguran que más de la mitad de los atropellos actuales, salidas de carril y colisiones frontales se evitarían con los sistemas actuales de ayuda a la conducción. Elías Izquierdo, director de Mobileye, una empresa de Intel dedicada a dispositivos inteligentes de ayuda a la conducción, defiende que los “sistemas de seguridad no causan accidentes, sino que los evitan” al funcionar como elementos de aviso y prevención. Pero advierte que los implantados actualmente no deben ser considerados como sustitutos del conductor. “Sirven para lo que están diseñados, para ayudar”.

Izquierdo defiende que estos sistemas, de haber estado implantados en todos los vehículos que circulan en España, país en dónde reside, habrían evitado un 54% de las colisiones frontales, un 58% de los atropellos y un 68% de las salidas de carril, según un estudio avalado por la Dirección General de Tráfico. En total, 51.000 siniestros.

Según defiende, los dispositivos son mucho más fiables que las personas a la hora de conducir, ya que el factor humano está detrás del 93% de los siniestros, según datos de la DGT. Por esta razón, pese al mediático accidente de Arizona, los desarrolladores de coches con avanzados sistemas de seguridad creen que el desarrollo de esta industria es imparable.