Lo malo también puede tener su lado bueno, es algo que se repite mucho y ahora en el caso de las pesadillas tiene su aval científico. Es que según un estudio los malos sueños también tienen algo positivo. La teoría que afirma que las pesadillas podrían hacer más fuertes a las personas para enfrentar las vicisitudes de la vida.

Isabelle Arnulf es una investigadora francesa que sostiene esta teoría. Ella desarrolló una investigación con alrededor de 700 estudiantes que tenían que rendir un examen de ingreso a la facultad. La mayoría manifestó haber soñado con la prueba al menos una vez en los seis meses anteriores. Y, en la mayor parte de los casos, se trataba de "malos sueños": no poder encontrar el aula, quedarse dormidos, etc.

Pero, cuando Isabelle comparó sus calificaciones descubrió que las mejores puntuaciones las obtuvieron quienes habían tenido pesadillas. 

Esta teoría está en constancia con la del neurocientífico finlandés llamado Antti Revonsuo, quien sostiene que las pesadillas actúan como un simulador. ¿Qué quiere decir esto? Es la idea de que si la mente se somete a sí misma a algo no placentero, puede ser para trabajar las emociones más negativas, como el miedo o la culpa. Por eso, desde esta perspectiva, podrían ser como un ensayo que prepara para lo que se enfrente luego en la vigilia. Eso ayuda a disminuir la carga emocional que provocan esas situaciones.

Al respecto, la psiquiatra Cristina Zunzunegui señala que "soñar con situaciones que dan miedo ayuda a procesar las emociones de manera que la reacción del cuerpo no sea tan intensa, y se pueda lidiar con la situación de una manera más controlada y tranquila".