En la actualidad existen sistemas con la capacidad para crear caras falsas, o sea de personas que no existen como tal, pero los últimos avances han hecho que estos rostros sean tan realistas, que a los humanos les cuesta mucho distinguirlos de imágenes de gente real. Esto abre muchas posibilidades para aplicar en distintas prácticas, pero también nos hace muy vulnerables al engaño.

La posibilidad de crear un rostro falso está al alcance de un click, por ejemplo, hay un sitio en Internet que permite crear una cara falsa a partir de una base de datos que recopila distintas características corporales y genera una nueva imagen, que es sometida a un algoritmo que trata de reconocer la veracidad de la misma. Si la imagen logra engañar a las matemáticas entonces el sitio nos devuelve una foto de un rostro que en realidad no existe. 

El problema es que según un estudio de la Universidad de Lancaster, en Inglaterra, se puede advertir que esta tecnología ha avanzado al punto tal de que a los humanos nos resultan más confiables las imágenes falsas que las verdaderas. En este estudio los participantes debían calificar las caras en una escala del 1 al 7 en cuanto confiabilidad, siendo el siete el de mayor confiabilidad de todos.

La inteligencia artificial borra la diferencia entre rostros reales y falsos

Los rostros sintéticos fueron generados mediante el sistema StyleGAN2 y eran comparados con rostros verdaderos. Los resultados determinaron que las caras generadas sintéticamente resultaban indistinguibles de las caras reales en el 68% de los casos estudiados.

“Nuestra evaluación del realismo fotográfico de rostros sintetizados por la inteligencia artificial indica que los motores de síntesis han atravesado dificultades del pasado que permitían reconocer la falsedad de las imágenes y ahora son capaces de crear rostros que son indistinguibles y más confiables que los rostros reales”, explicó Sophie Nightingale, de la Universidad de Lancaster.

Los investigadores advierten además sobre las posibilidades que abre este tipo de tecnologías sobre todo para las fake news, que pueden utilizar estas imágenes para crear cualquier tipo de escenario que se desee divulgar. También mencionan la posibilidad de que uno de los delitos de estos tiempos como es el “porno venganza”, se vea tristemente beneficiado ya que no solo se podrían divulgar imágenes íntimas de una persona, como suele ocurrir en este fenómeno, sino que además se pueden crear fotos falsas de un hecho que nunca ocurrió. 

Todo esto demuestra la importancia de los debates éticos en el mundo de la tecnología, para que estos nuevos avances puedan seguir siendo utilizados para el progreso de la vida humana y no en su detrimento. Por lo pronto la frontera entre lo real y lo digital se vuelve cada vez más difusa.