Green Bank es una pequeña ciudad de Virginia occidental, Estados Unidos. La región mide unos 33 mil kilómetros cuadrados y cuenta con menos de 200 habitantes autóctonos. Sin embargo, desde hace un tiempo, varias personas optaron por instalarse en esta pequeña aldea, ya que ha sido designada como una “zona de radio silenciosa”, es decir, sin intervención de redes inalámbricas.

Actualmente, existe un creciente número de personas en todo el mundo que afirma sufrir lo que se conoce como hipersensibilidad electromagnética (EHS), un conjunto de síntomas (dolores de cabeza, naúseas, insomnio, dolores variados en todo el cuerpo, desorientación, problemas digestivos, etc.) que son adquiridos en los campos electromagnéticos, aunque sean no ionizantes y de baja potencia. 

Según un artículo publicado en Washingtonian, Green Bank tiene en su territorio y alrededores una serie de radio-telescopios de uso civil y militar que necesitan un entorno libre de interferencias electromagnéticas para funcionar correctamente, sobre todo a la hora de captar señales procedentes del espacio, por lo que están prohibidas las redes WiFi y otros accesos móviles a Internet.

Por lo tanto, a medida que los ciudadanos se acercan a la ciudad, la cobertura de los móviles desaparece, al igual que la de las redes WiFi y otras señales de radiofrecuencia. La única forma de contactar con el exterior es a través de la telefonía fija.

Quienes se refugian en Green Bank procedentes de las grandes ciudades afirman que los síntomas mejoran rápidamente, por lo que se reafirman aún más en su creencia de que son causados por las redes móviles e inalámbricas que les rodeaban constantemente en sus anteriores residencias y lugares de trabajo.