Un equipo de científicos chinos creó, utilizando grafeno, un detector de gas artificial que es tan sensible como la nariz de un perro.

Los investigadores de la Universidad Normal del Sur de China y de la Universidad de Beihang, tomando como inspiración una estructura capilar, encontraron una manera de modificar el grafeno con un polímero para fabricar nanorrollos de alta calidad.

El grafeno es una sustancia compuesta por carbono puro, con átomos dispuestos en un patrón regular hexagonal, similar al grafito.

El estudio fue publicado en ACS Nano, una revista científica mensual de la Sociedad Química Estadounidense, citada por Xinhua, muestra que los nanorrollos de grafeno pueden imitar la nariz de un perro, la cual está cubierta con millones de capilares minúsculos.

Estos nanorrollos cuentan con un área de superficie grande como la nariz de un perro, son estables a temperaturas altas y son fuertes y durables.

Estudios previos produjeron los nanorrollos de grafeno, que son nanohojas de grafeno enrolladas de manera continua y uniforme que son difíciles de fabricar y ampliar y consumen mucha energía.

También, algunos estudios anteriores utilizaron grafeno en bruto o modificado que o deja atrás algunas estructuras sin enrollar o se arruga y acumula.

El equipo chino preparó nanorrollos de grafeno con la incorporación de sulfonato del P-estireno del sodio, mediante el uso del método liofilización para crear estructuras uniformes, no acumuladas.

Esto demostró que los nanorrollos cuentan con una forma amplia y tubular y casi todo el grafeno se enrolló.

Los investigadores incorporaron después los nanorrollos en un sensor de gas que fue altamente selectivo y sensible.

Además, señalaron que este método tiene el potencial para su producción a gran escala.