Un laboratorio argentino encaró un proyecto para producir carne animal a partir del uso de técnicas de cultivo controlado, y ahora llegó a la instancia de la degustación privada del resultado. Es la start up (nombre de los proyectos de innovación) BIFE (Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados), que durante este mes puso a consideración de paladares diversos su carne cultivada. Así se convirtió en la compañía pionera en el país en el desarrollo de esta tecnología que interpela el modo de alimentación en el futuro y acaso una contribución a una solución global del hambre.

El acontecimiento se dio luego de cinco años de trabajo  y de la mano de la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri, que utiliza técnicas de cultivo celular para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que presenta amplias ventajas en materia de salud, ambiente y sustentabilidad.

Laura Correa, directora de la División de Bioingeniería de la firma, brindó en el aire de Si 989 algunos detalles de este proyecto que en el futuro puede cambiar los patrones alimentarios de las generaciones venideras. Según la especialista este producto tendrá muchos beneficios en cuanto al impacto ambiental.  

Correa, experta en bromatóloga y especialista en microbiología, contó que este tipo de carne cultivada deriva de una práctica científica llamada ingeniería de tejidos, utilizada habitualmente con fines terapéuticos en demanda por escases en donación de órganos. Sin embargo la científica alegó que en este momento se asocia a esta disciplina más con el trabajo de laboratorio, aunque en el futuro será vinculado con lo que se conoce hoy como fermentación tradicional.

En cuanto a la degustación del novedoso producto contó que se hizo con carne bovina y aclaró que esta técnica permite cultivar todo tipo de carne de cualquier especie, que tiene décadas de estudio en laboratorios y en ese devenir los científicos lograron establecer cuáles son las señales in vitro para que reaccionen las células y se generen los tejidos. Al tratarse de una prueba conceptual y como se desconocía el comportamiento que iba a tener la carne al ser sometida a cocción, decidieron rebozarla, sellarla unos segundos en aceite hirviendo y luego terminarla en el horno.

“Básicamente tenemos que partir de una muestra de tejido de células de la especie animal que queremos cultivar. En nuestro caso le hacemos una pequeña incisión a un bovino y sacamos un centímetro cuadrado de tejido muscular y en el laboratorio vamos a aislar a las células que forman el tejido muscular”, describió la experta en bebidas fermentadas y alimentos. Vale añadir que con minúsculas piezas de este tejido se puede generar kilos de esta materia.

En relación a la disponibilidad de la carne cultivada como un producto de consumo masivo, Correa sostuvo que en este momento el mayor desafío que afronta la agricultura celular es lograr la escala requerida para agilizar el proceso productivo y convertir a la carne cultivada en un producto básico y de fácil alcance al mercado.

“El proceso aún es artesanal y es necesario contar con la tecnología adecuada para lograr el escalado que automatice su producción”, expresó y fijó un claro objetivo: lograr una carne competitiva, agradable, muy similar en su textura y sabor con la carne tradicional.

“Necesitamos buscar métodos sustentables porque la población mundial aumenta y es necesario que la tecnología revolucione la manera en que nos alimentamos, pudiendo comer carne sin dañar el medio ambiente”, abogó finalmente.  

El primer filete in vitro elaborado a partir de células bovinas estuvo a cargo de un científico holandés de la universidad de Maastricht, Mark Post y fue presentado en 2013. Hasta la fecha se han realizado pocas degustaciones de carne cultivada en el mundo y Argentina es el primer país en Latinoamérica en poder presentar este avance.

Aquí el audio de la nota completa. 

#HOJADERUTA - Laura Correa Sobre carne cultivada 21/07/21 by Sí 989