La justicia de Nueva York ordenó un proceso de descubrimiento de activos relacionado con Vicentin, en febrero último, ante el requerimiento de un pool de bancos acreedores internacionales que exigen una deuda de 33.127 millones de pesos.

La orden judicial ocurrió antes de la decisión oficial de intervenir y expropiar la firma, y apenas unos días después de que la compañía nacida en el norte de la provincia solicitará el concurso preventivo de acreedores.

El Discovery, como se le dice en la jerga al proceso de análisis de detección de activos, fue ordenado por el juez Alvin Hellerstein de la Corte del Distrito Sur de Nueva York el pasado 14 de febrero, apenas cuatro días después de que la firma pidiera a la Justicia entrar al proceso de quiebra, con una deuda calculada en 1.350 millones de dólares.

El proceso de análisis de activos que involucra a personas y movimientos bancarios relacionados con Vicentin fue ordenado por un pool de acreedores internacionales, que se reunieron en un Comité y decidieron reclamar a la justicia ante los problemas declarados de la firma.

Dentro del comité de bancos internacionales está el Banco Mundial, con su Corporación Financiera Internacional, el brazo de la entidad encargado de prestar al sector privado, y el Nederlandse Financierins FMO , un banco de fomento holandés.

Además, con menos exposición, también se suman a este consorcio ING Bank, Rabobank y los franceses Natixis y Credit Agricole.

Dichos bancos internacionales son dueños de una deuda que en conjunto ronda los 33.137 millones de pesos, según la información oportunamente provista por la firma al magistrado estadounidense.

En tanto, el Banco Nación es el primer acreedor individual de Vicentin con 18.182 millones de pesos, mientras que el IFC del Banco Mundial sería el segundo más importante, con una deuda exigible de 16.504 millones de pesos.