Los datos que llegan son alentadores. Es que el PBI y el empleo volvieron a crecer en el segundo trimestre de 2015 por la reactivación de la construcción. El Producto Bruto Interno argentino (bienes y servicios finales producidos) volvió a mostrar rasgos de activación luego de un 2014 de estancamiento económico: en el segundo trimestre de 2015 su crecimiento fue del 2,3 por ciento, según el Indec.

El crecimiento del gasto público (+10%) explica la mitad de dicho incremento. El resto se explica por el incremento en la Formación Bruta de Capital  (+4,6%) y el Consumo privado (+2,8%). Estos tres rubros en conjunto contrarrestaron la caída de las exportaciones y el incremento de las importaciones.

Si bien dicha cifra se encuentra por debajo de las tasas “chinas” de los primeros años post crisis 2001/02, permite al kirchnerismo finalizar su tercer gobierno en un escenario más favorable que lo pronosticado por los principales referentes económicos de la oposición.

Al observar más de cerca los datos, salta a la luz que la actividad que está moviendo el amperímetro es la construcción. La misma representa más de la mitad de las inversiones realizadas en Formación Bruta de Capital y su incremento del 10% explica todo el crecimiento de este rubro.

Junto con agricultura, la construcción es la actividad de mayor crecimiento (+10%). Dicho crecimiento también impacta en otros sectores y particularmente en la industria manufacturera asociada. La actividad industrial que venía presentado caídas desde 2013, logró mantener el nivel de actividad en el segundo trimestre de este año.

La actividad económica que guía el crecimiento es relevante en tanto genera distintos impactos en otras variables macroeconómicas. Particularmente la fuerte reactivación de la construcción y sus impactos en la industria tuvieron efectos en el nivel de empleo. En conjuntos dichas actividades explican el 30% del crecimiento del empleo privado (+2,7%), con una generación de alrededor de 30 mil y 18 mil puestos de trabajo respectivamente en el último año. Al mismo tiempo la construcción es un sector que no demanda gran cantidad de divisas para importación, generándose un crecimiento más asociado al mercado interno, sin presiones en las reservas de divisas en el Banco Central.