La noticia sobre el hombre que se defendió de un robo en su propiedad con una katana, es decir, con una espada japonesa, encontró lugar en los medios de todo el país. Sin embargo, no se conocía la identidad de este “samurai” al que se le atribuyó un gran manejo del arma, sobre todo por la gravedad de las heridas que provocó en los delincuentes.

Finalmente lo localizaron y lo convencieron de que hablara, aunque venía evitando los medios por miedo a represalias. En contacto con Cadena 3, medio de la provincia vecina, contó que al ingresar los delincuentes a su casa les dio dinero y electrodomésticos pero que “se querían llevar más cosas”.

Ante la negativa, los delincuentes se pusieron agresivos y, según su relato, comenzaron a pegarle a su mujer y quisieron incluso acercarse a su hijo. “Ese fue el límite, defendí a mí familia y me vi obligado a hacer lo que hice”, sostuvo.

Pero el dato más curioso es que aquella imagen que se había construido de un experto en armas japonesas, que midió con exactitud los cortes, no existe. “No sé utilizar la espada, la tenía como un adorno más. Soy un simple obrero, un pobre tipo”, explicó.

Además, dijo que desde un primer momento se dio cuenta de los tres jóvenes estaban drogados por su agresividad. “Si yo hubiese sabido utilizar esa espada, los terminaba matando, eso no pasó porque no la sabía usar", dijo para finalizar.