Los tapados son bichos raros. Son aquellos que nadie tiene en los planes para meterse en un mundial, que no deslumbran a nadie. Son los que no aparecen en el álbum de figuritas, los que ni siquiera entran en generosas y pichicateadas listas de periodistas, pero que terminan subiéndose al avión a última hora, al fondo, al lado del baño. Siempre dan para un texto aparte y contar por qué se ganaron un lugar en los escasos 23 cupos para un mundial.

El Chino Garcé fue el de Diego Maradona en Sudáfrica 2010. La escasa falta de fundamentos terminó generando un mito alrededor del jugador de Colón en ese momento. “Maradona soñó que Garcé levantaba la Copa y por eso lo llevó”, tiraban sin transpirar.

José Basanta, el tapado de Alejandro Sabella en Brasil 2014. Oro matungo, falto de técnica. Quizás sea por eso que generalmente no entran en las consideraciones previas y en los anhelos futbolísticos. La funcionalidad que le otorga al técnico nunca es vista. Una excepción puede ser Claudio Caniggia, cuando llenó el último lugar en el frustrado Corea-Japón de Bielsa, con 35 años y de presente en un fútbol menor como el de Escocia. Ilusionaba su pasado y gloria con el seleccionado.

Serán los resistidos, los mirados de reojo, la excusa perfecta para los detractores en caso de tener algún error. En la lista de Jorge Sampaoli para competir en Rusia 2018 el tapado es Cristian Ansaldi. El rosarino tiene 31 años, 10 en Europa, y una carrera desconocida para el futbolero medio. Salió de Newell’s pero no fue valorado de movida. Un tapado de nacimiento.

Es que recién logró asentarse en la Primera leprosa el día que llegó Ricardo Caruso Lombardi. “Cuando llegué lo vi sentado a un costado de la cancha y le pregunté por qué no entrenaba. Me dijo que no lo dejaban y yo lo puse a entrenar con los demás. Cuando lo vi dije 'este juega bien'”, contó hace un tiempo Caruso. 

Eran tiempos en que Eduardo López era el mandamás y se hacía lo que él quería, y jugaba quien él quería también. “Le dije al presidente López que lo iba a hacer debutar a Ansaldi y me dijo ‘si vos lo hacés jugar yo te echo del club’. Le dije que yo lo ponía y que lo iba a hacer valer 10 millones de dólares. Al mes lo compraron de Rusia en 8 palos”.

A comienzos de 2008, Ansaldi fue transferido al Rubin. Después de ser varias veces campeón, en 2013 fue vendido al Zenit en 6 millones de euros. Luego estuvo a préstamo en el Atlético de Madrid por una temporada y fue parte del plantel campeón de la Supercopa de España. Luego de volver a Rusia, fue al Genoa, luego al Inter, actualmente en el Torino.

Juega de lateral. ¿Derecho o izquierdo? Ahí está la cuestión que tienta a Sampaoli: maneja los dos perfiles. "Me decidí por Ansaldi porque puede jugar por las dos bandas", definió Sampaoli en la conferencia donde confirmó la lista.

Caruso cierra la crónica: “En una lo vi patear un tiro libre y pateó muy bien. Entonces lo llamé y le dije que pateara de nuevo. Y se paró como zurdo cuando era para la derecha. Me dijo que le pegaba igual con las dos piernas. La clavó en el ángulo de zurda y después de nuevo con la derecha”.